Arévalo, Germade y Toro, duelo fratricida por el K1 y K4 de Tokio

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

PAULO NOVAIS

El betanceiro arranca el selectivo español con pie y medio en el barco de equipo para los Juegos Olímpicos

03 mar 2021 . Actualizado a las 23:40 h.

Más de un año y medio ha transcurrido desde que el catalán Saúl Craviotto, los gallegos Carlos Arévalo y Rodrigo Germade y el balear Marcus Walz conquistasen para España el más codiciado de cuantos pasaportes se expedían en el Mundial de Esprint 2019 de Szeged, Hungría, para unos Juegos Olímpicos de Tokio previstos para el verano del 2020. Más de un año y medio después de aquella plata hispana en el K4 500 y del bronce con el que el zamorano Carlos Garrote conseguía en el mismo escenario la plaza para España en la gran cita nipona también en el K1 200, la Real Federación Española de Piragüismo inicia en la mañana de este jueves, en el embalse asturiano de Trasona, el proceso selectivo del que saldrán los cuatro integrantes del barco de equipo y el deportista o deportistas que podrían doblar en el programa de Tokio en el kayak corto.

Tal y como se había determinado desde la RFEP a finales del 2019, el proceso, demorado un año como la propia edición olímpica por mor de la pandemia, se mantiene acotado a los cinco medallistas de Szeged apuntados más el viveirense Cristian Toro, último campeón olímpico de K2 200, junto a Saúl Craviotto, e integrante del K4 que firmó las dos primeras de las tres platas mundiales encadenadas entre el 2017 y 2019 por el barco que entrena el asturiano Miguel García. La renuncia temporal de Toro al trabajo espartano en la concentración de Trasona, Asturias, a un mes justo del Mundial de Szeged abría en julio del 2019 la opción olímpica a Carlos Arévalo, cuya espectacular adaptación y rendimiento resultaron cruciales para el último éxito internacional del K4. Una oportunidad que ha seguido sabiendo aprovechar desde entonces el betanceiro, hasta el punto de aparecer hoy como el mejor colocado junto a Saúl Craviotto para hacerse con uno de los cuatro asientos a Tokio en juego.

Todo comienza con el K1 200

El selectivo nacional arranca esta mañana cribando en primera instancia el K1 200. Los seis palistas en carrera se miden todos contra todos en dos series, con 1 hora y 45 minutos de descanso entre ambas; si el ganador no es el mismo, los dos vencedores se enfrentarán por la tarde en una regata de desempate.

Resuelto este punto, tocará proceder a la selección del K4 500. Un proceso que empezará presumiblemente mañana, marcado por su indefinición temporal, con no menos de seis días de duración, a fin de asegurar la mayor igualdad de condiciones climatológicas para las tres tripulaciones que optan al pasaporte olímpico español, que saldrán a la lámina de Trasona en solitario contrarreloj cada una en jornadas diferentes.

Arévalo domina los test de K1 400

Así, después de cinco meses de duro trabajo en grupo y la probatura de múltiples combinaciones con los seis kayakistas en parrilla de salida, el entrenador nacional, Miguel García, estableció tres barcos para el selectivo en «una decisión consensuada con cada uno de los palistas, teniendo en cuenta datos de rendimiento, valor de acoplamiento y confianza, entre otros», apuntan desde la Federación. Datos que incluyen los dos test de rendimiento en K1 sobre 400 metros realizados en enero y febrero a nivel interno, con Carlos Arévalo marcando en ambos el mejor tiempo, seguido de Saúl Craviotto en el primero y de Rodrigo Germade en el segundo.

Sobre la base apuntada, Arévalo y Craviotto, bicampeón olímpico y el palista español en activo con más medallas en los Juegos, aparecen en las tres combinaciones que pelearán por la plaza en Tokio, con Toro y Walz haciéndolo en dos y Germade y Garrote en una sola. Craviotto, Garrote, Arévalo y Toro forman una de las alternativas del selectivo, Craviotto, Walz, Arévalo y Germade —el último K4 500 subcampeón del Mundo— otra; y Craviotto, Walz, Arévalo y Toro la restante. Si alguna le saca al menos 6 décimas al mejor tiempo de cualquiera de las otras dos se convertirá de partida en el K4 500 en Tokio, pero sí y solo sí entre sus integrantes se halla el ganador del selectivo del K1 200, que pasaría a su vez a ser el teórico titular del kayak corto en la cita nipona. Y aún así, como en todos los demás supuestos recogidos en las bases del selectivo, la Dirección Técnica de la Federación se reserva el derecho a reabrir el proceso si los resultados del K4 500 en la Copa del Mundo de mayo no le convencen.

CESAR DELGADO

Carlos Arévalo: «Me encuentro fenomenal. Ahora toca demostrarlo»

Fue el último en llegar al núcleo duro del equipo nacional de kayak y hoy, en el inicio del proceso selectivo para el K1 200 y el K4 500, aparece en cabeza junto al gran referente del piragüismo español, el catalán Saúl Craviotto. «Me encuentro fenomenal. Mi estado de forma es muy, muy bueno. Ahora toca demostrarlo estos días», declaraba en la víspera del selectivo Carlos Arévalo. El palista del Ría de Betanzos, vencedor en los dos test internos previos de K1 400, considera «justo» el sistema ideado por la Federación para la elección de los tripulantes de ambos barcos. Incluido en las tres combinaciones que pelearán por el billete olímpico en el K4 500, en el puesto de tres, con plaza segura en la Copa del Mundo de Szeged de mediados de mayo, Arévalo comenta que su posición de partida «para nada» le reporta tranquilidad. Lo suyo es «salir a ganar los dos selectivos, dando el 100 %».

BENITO ORDOÑEZ

Rodrigo Germade: «Salgo en una combinación solo. Pero es lo que hay»

Como ahora en Tokio, el K4 fue en el 2016 uno de los barcos en los que más esperanzas de medalla había puesto la Real Federación Española de Piragüismo en los Juegos de Río. En ambos proyectos aparece Rodrigo Germade como mínimo común denominador. El de Cangas, quinto y diploma en la ciudad brasileña, supo reciclarse de la distancia de 1.000 a la de 500 para capitalizar el puesto de cuatro en el barco de equipo, siendo con el balear Walz el único que se ha colgado las tres últimas platas mundiales del K4 500. Su plaza corre sin embargo peligro, por cuanto solo figura en una de las tres combinaciones que ahora optan al pasaporte a Tokio. Este dato «es lo que más injusto me parece», decía, de un sistema selectivo que por lo demás asume como el más justo. Segundo en el segundo test de rendimiento de K1 400, afirma llegar en «un buen estado de forma».

P. A.

Cristian Toro: «Tengo mucha confianza en lo que puedo aportar al barco»

Cristian Toro vivió desde la barrera el último éxito del K4 500 español en el Mundial del 2019 tras haberse bajado del barco un mes antes de la cita de Szeged en la que se jugaban las plazas para los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras medio año sabático, volvió a la carga para recuperar su asiento en la embarcación que dirige Miguel García. Ante el selectivo que se abre en Trasona, el de Viveiro irradia excelentes sensaciones personales: «¡La verdad es que me encuentro muy bien! En los test del K1 400 estuve entre los cuatro primeros». Presente en dos de las tres combinaciones en lid, afronta el cribado desplazado de segundo a la cola del kayak. Un cambio al que, afirma, «me he adaptado muy bien», aprovechando su experiencia de oro en el kayak doble: «Es un trabajo parecido al del K2. Me desenvuelvo bien y tengo mucha confianza en lo que puedo aportar al barco».