El sueño olímpico de Julia Benedetti está más cerca

DEPORTES

La skater coruñesa disputará el 17 de mayo en Iowa la última prueba mundial que debe certificar la plaza que ya tiene encarrilada para los Juegos de Tokio

12 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días llegó del campeonato de España de skate. Una caída en la segunda manga dejó a Julia Benedetti (A Coruña, 2004) sin poder alzar el título en la modalidad de park. Pero ella mantiene la sonrisa intacta. Y algo de nervios. En apenas unos días volverá a hacer las maletas para cruzar el charco. El destino es Iowa. Allí disputará la última prueba mundial. Y en la que puede certificar su plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio. La previsión era disputar una competición más en junio, pero finalmente ha sido cancelada debido a la situación sanitaria provocada por el covid-19.

Es la primera vez que el skate es modalidad olímpica y la deportista coruñesa tiene todas las papeletas para representar a España. Ocupa el puesto 18 en el ránking femenino de park del World Skateboarding. El billete a Tokio se le otorga a las 16 primeras clasificadas, con límite de tres plazas por país, género y prueba, lo que dejaría ahora mismo a Julia Benedetti en el puesto número 13. Y es optimista de cara a su viaje al país nipón. «Todavía me queda una prueba, tendría que hacerlo muy mal para no conseguirlo», reconoce.

Tras la disputa de la última cita mundial tendrá tiempo para centrarse en los estudios. Algo de lo que Julia no se despista. «Cuando voy a competir me divierto. Estudiando, no tanto», reconoce entre risas. Pero con 16 años, sus aspiraciones académicas no son modestas. «Todavía no tiene claro si estudiar Ingeniería de Energías Renovables o Medicina Genética. Sabe que algo de ciencias puras», relata su madre, María González. Julia no va a lo fácil. Este año todavía acabará primero de Bachillerato, a la vez que recorre el mundo tras un sueño. «Intento adelantar todo cuando estoy aquí para así no tener que llevarme nada del cole cuando viajo», comenta Julia. Y agradece la eliminación de la última prueba mundial para cerrar el curso con tranquilidad.

De cara a la cita en Iowa, ya tiene planes en la cabeza. Nuevos trucos que está deseando conseguir. «Quiero hacer un 360 saltando de una pista a otra. Lo voy a intentar». Lo practicó en Maroña, donde entrena mientras está en A Coruña, «pero la pista aquí es más pequeña», señala. Una vez llegue a la competición aprovechará los días previos para practicarlo, «pero dependerá de lo grande que sea la pista», agrega. En planos ya la ha visto. «Pero siempre me la imagino de una manera y luego cuando la veo, cambia», explica Julia con su simpatía habitual.

«Mis padres me dicen que me lo pase bien, y que no me haga daño», señala

María González y Raúl Benedetti no pueden estar más orgullosos de su hija Julia. Aunque su clasificación para los Juegos de Tokio todavía no es oficial, ya ven la gran competición universal más cerca y eso ya les genera algo de nervios. La pena es que no podrán acompañarla durante su participación en Asia. «No dejan ir público de fuera de Japón», se lamenta su progenitora. Aunque prefieren ir paso a paso y ser prudentes sobre su clasificación. «Todavía queda una prueba», matiza su madre. Después de casi un año sin competición por el covid, parece que la vida deportiva vuelve. Y por todo lo alto.

Si hay algo que siempre le repiten a Julia sus padres cada vez que se va a competir es que disfrute. «Me insisten en que me lo pase bien, que eso es lo más importante», señala la deportista. Y una cosa más. «Mi padre me dice también que no me haga daño», dice Julia. Pero ella no tiene miedo. «Las caídas son cosas que pasan. Este es un deporte para el que trabajan todo el año y en el que en muy poco tiempo se lo juegan todo», agrega María González. Casi sin tiempo para establecer una rutina de entre los viajes y el colegio, Julia ya prepara las maletas para el arreón final. Entre el 17 y el 23 de mayo luchará por culminar su sueño en Estados Unidos. Aunque María y Raúl, sus padres, la seguirán al otro lado de la pantalla.

«Tiene un estilo muy agresivo y es muy polivalente», indica el seleccionador

La precocidad de Julia encima de la tabla del monopatín sorprendió casi desde que empezó. Sus padres le compraron uno a su hermano mayor y ella también reclamó el suyo. Comenzó a recibir clases en Maroña Skate Indoor y, tras sus primeros campeonatos, pronto recibió la llamada de la selección nacional.

Si algo cabe destacar del tipo patinaje de Julia es que «se adapta muy bien a cualquier tipo de skatepark. Da igual la altura, la dimensión o la forma. Es muy polivalente y con un estilo de patinaje muy agresivo», señala el seleccionador, Alain Goikoetxea. Dicha característica es la que ha permitido a esta joven coruñesa seguir una regularidad en todos sus campeonatos. «A pesar de que cada vez que competimos lo hacemos en un sitio distinto, ella siempre logra posiciones muy parecidas por este motivo», agrega.

Sobre el billete para los Juegos, Goikoetxea asume que «Julia es la mejor posicionada del ránking» y, aunque todavía no hay que echar las campanas al vuelo, admite que «tendría que ocurrir algo muy grave para que no esté clasificada para Tokio».

Las dos pistas que le esperan en el país nipón, si todo va bien, serán más grandes que las típicas de los mundiales o los eventos de clasificación, pero válidas para permitir a todos los deportistas aprovechar todos los obstáculos.

Los jueces otorgarán puntos por el nivel de dificultad y originalidad de las maniobras, si bien la velocidad será un elemento también muy importante. Además, contarán la fluidez, el tiempo, la estabilidad y hasta qué punto los deportistas son capaces de crear sensación de estar suspendidos en el aire.