El Viaxes Amarelle, con 24 triunfos en 24 partidos, golea por Ucrania camino de Primera División

Iván Antelo A CORUÑA

DEPORTES

EDUARDO PEREZ

El equipo coruñés de fútbol sala, que se jugará el ascenso el 4 de junio en la Sagrada Familia, está dando cobijo a cuatro refugiadas de la guerra

17 may 2022 . Actualizado a las 21:20 h.

El Viaxes Amarelle puede presumir de ser el equipo de fútbol sala de categoría nacional con mejores números. Lo ha ganado todo desde que el balón echó a rodar allá por el mes de septiembre. 72 puntos de 72 posibles, dentro del grupo 1 de la Segunda División femenina. Va camino de regresar a Primera por la vía rápida y, además cumpliendo una loable función social, al acoger a tres futbolistas ucranianas y a una de sus madres, a las que ayudan a salir adelante de la difícil situación que viven.

«Se hicieron los deberes y bien. Sabíamos que el equipo estaba para luchar ahí arriba, pero luego plasmarlo sobre el parqué no es nada fácil. Hemos tenido partidos complicados, los sacamos todos adelante, y ahora tenemos que afrontar las dos últimas jornadas con la misma mentalidad de seguir mejorando», explica el entrenador, Jorge Basanta.

Al Amarelle se le queda pequeña la categoría de plata, como demuestran sus números en el último lustro. «Hace cinco años que el equipo no pierde un partido en Segunda División, porque descendimos, ascendimos, volvimos a descender y ahora estamos en el camino otra vez de regresar. En las cuatro temporadas que yo llevo aquí, dos en Segunda, todo victorias salvo dos empates. Es un equipo preparado para jugar el play off y para ascender. La temporada está siendo buena, pero hay que seguir para lograr el objetivo», agrega.

El Amarelle, como campeón del grupo 1, jugará una eliminatoria de ascenso el próximo 4 de junio. «Será contra otro primero y a partido único en la Sagrada Familia, porque somos el equipo con mejor coeficiente de puntos. Va a ser contra el Alcantarilla de Murcia, casi seguro, porque solo les falta un punto y todo dice que van a ser ellas», avanza Basanta. «Es un equipo muy bueno», avisa. Si ganan ese duelo, suben. Pero si lo pierden, todavía tendrán una última oportunidad en una final a cuatro de la que saldrá otra plaza de ascenso.

El secreto del éxito del Amarelle está en haber mantenido el bloque de jugadoras que la pasada campaña rozaron la permanencia en la división de honor. «El club sigue apostando fuerte. Es difícil hacerlo, sobre todo llevando estos palos. Con tantos ascensos y descensos cualquiera hubiera tirado la toalla. La gente que se quiso quedar se quedó. Son jugadores muy jóvenes y con proyección, que siempre reciben llamadas de otros equipos, pero mantuvimos el bloque e incorporamos dos o tres cositas que venían a darnos algo más. Creíamos que en Segunda nos iba a ir bien así y así es. Sabíamos que la plantilla del año pasado podría haberse mantenido en Primera División y la que tenemos ahora mismo también. Lo importante era que las jugadoras vieran el proyecto y se dio. La mayoría quiso continuar y, a pesar de tener cuatro o cinco bajas, las diez que se mantuvieron nos dan mucho empaque», relata el técnico.

Pero además de en lo deportivo, el club coruñés está también enfocado en una labor social. «Hace mes y medio incorporamos a tres ucranianas. Desgraciadamente, por la situación de guerra que viven en su país, tuvieron que venirse. Las tres son del Tesla, un equipo que jugó la Champions a finales de año en Lugo contra el Burela. Precisamente por mediación de un contacto en el equipo mariñano las trajimos a Coruña. Sabíamos que estaban allí, pero no podían jugar con el Pescados Rubén porque tenían la plantilla completa. Pero bueno, al final nos lo planteamos también por un tema de ayudarlas a ellas. Trajimos a tres jugadoras y a una madre y las estamos ayudando, dándoles todo lo que podemos. Cobijo, estancia, comida y cariño para que, mientras estén con nosotros, puedan abstraerse un poco de la situación que vivieron allí. Las tres nos están ayudando en los entrenamientos, pero por normativa FIFA solo pueden jugar dos y la otra lo hace en el filial. El proceso de adaptación está siendo bueno, pero lo del idioma es complicado y poco a poco van entrando en dinámica de partidos», destaca Basanta, en relación al trabajo que están haciendo con Olena Klimova (29 años), Khrystyna Stepanenko (25) y Daryna Tkachenko (19).