Extraña sensación la de ver un derbi en diferido y sabiendo el resultado. Fue un partido emocionante que tuvo todos los ingredientes que se esperan de una disputa así, muy disputado desde el primer al último minuto.
El encuentro fue como una montaña rusa, con subidas y bajadas, en esos minipartidos que siempre hay dentro del juego. Y ahí el Breogán fue mejor. Marcó territorio al principio y fue letal en la segunda parte.
El Obradoiro casi nunca estuvo cómodo, ni siquiera en los momentos brillantes, en los que llegó a dominar el partido hasta por trece puntos. Ahí los lucenses se agarraron al duelo y llegaron al descanso con una diferencia manejable. La bajaron de trece a ocho muy al final del segundo cuarto.
Las defensas alternativas y la presión al balón los metieron de lleno en la disputa. Además, mientras los locales dependían en exceso del dúo Vicedo-Robertson, los visitantes tenían un día más coral, con un reparto anotador mucho más equilibrado. Consiguieron más tiros, lo que a la postre resultó decisivo. Además, ganaron la batalla del rebote, en donde parecía que podrían sufrir, y controlaron muy bien las pérdidas. Al final fueron justos vencedores.
Toca seguir. Todavía queda mucha liga. Es cierto que el Breo sale con una victoria vital y el basketaverage, pero todavía queda mucho por hacer y a buen seguro que el Obradoiro tiene mucho que decir.
Toca seguir disfrutando de la buena campaña que están firmando los dos equipos de Galicia en esta liga ACB de alto nivel, que no da tregua.