Rodri Hernández, aquel niño que el Atlético repudió por bajito y que ahora domina el fútbol con su 1,90 y su privilegiada cabeza

Iván Antelo REDACCIÓN
MATTHEW CHILDS | REUTERS

El jugador español, que decidió la final de la Champions para el Manchester City con su gol, prefirió la residencia universitaria a la vida de futbolista hasta que su explosión fue inevitable

10 jun 2023 . Actualizado a las 23:36 h.

Acababa de cumplir 17 años. Y era un chaval feliz porque podía jugar al fútbol, ese deporte que tanto le apasionaba. «En mi casa estaban hartos de que yo viera tanto fútbol. Pero desde pequeño siempre me interesó cómo funcionaba y cómo se entrenaba», confesaba a El País en una entrevista de hace unos años. Rodrigo Hernández (Madrid, 1996) disfrutaba de su estancia en el Atlético, en donde había formado una verdadera familia, como ellos se denominan, junto a los hermanos Hernández (Theo y Lucas). El único problema era que cada vez jugaba menos. De hecho, sus entrenadores le cambiaban continuamente de posición, situándolo como mediapunta. No les convencía su físico. Hasta que un día le cerraron la puerta. No daba la talla, decían. Rodri era un crío desgarbado, no demasiado alto y con poco músculo. Así que lo invitaron a salir. Y se fue.

Fue en ese momento cuando se cruzó en su vida el Villarreal. Se marchó a la localidad de Castellón y potenció su otra vida, la alejada de los terrenos de juego. «Sé que los estudios son importantes. Más que nada porque quiero formarme. No quiero dedicarme toda mi vida a una sola cosa», explicaba a Marca. Así que, cuando alcanzó la mayoría de edad, en vez de buscar un piso para vivir con su compañeros del Villarreal B, como es lo habitual, prefirió ir a una residencia universitaria, mientras cursaba Administración y dirección de empresas. Le apasiona la Economía.

Paradójicamente, aquel chaval sin fibra dio un estirón tardío y alcanzó los 190 centímetros, sumando así su imponente físico a la inteligencia sobre el verde que ya le venía de serie. El Villarreal fue su trampolín, el Atlético lo recuperó pagando 20 millones de euros y el City puso aún más dinero encima de la mesa en el 2019 (70 millones).

Este ha sido su gran año. Y, aunque en la final de la Champions comenzó fallón, acabó siendo el héroe con el gol del título. Lo merecía aquel niño bajito.