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El partido frente a Portugal vino a confirmar el nivel del equipo español: muy alto. Si lo examinamos como conjunto, incluso superior a Brasil. No en individualidades, pero sí como equipo, esa máquina cuyas piezas deben moverse por el terreno con una ajustada sincronización. Verdad es que Brasil cuenta con futbolistas que poseen una técnica fuera de lo común, pero cierto también que nos sorprende a la hora de verlos correr a todos, o casi todos, en la dirección que lleva el balón, abandonando parcelas del campo que facilitan al adversario la posibilidad, cuando se hace con la pelota, de crear pasillos e iniciar contraataques que llevan gravedad para la portería contraria.

Volviendo al partido con Portugal, Carlos Queiroz es un entrenador que conoce bien a los hombres y el estilo de la selección española. El técnico portugués sabía que nada iba a conseguir si le plantaba cara a España de tú a tú. Hizo lo sensato: defender y esperar la oportunidad que no se le presentó porque el balón estuvo casi siempre en poder de los españoles, y un equipo sin balón no es nada.

España es una máquina de hacer un juego de alto nivel. Aunque hablamos de fútbol, no es arriesgado decir que a Paraguay se le terminará su andadura.

B Noticia true PUNTO DE MIRA /noticia/deportes/mundialsudafrica2010/2010/07/01/futbol-alta-escuela/00031277961449333246559.htm Un fútbol de alta escuela no Vicente Leirachá