La Pascua más dulce se vivió en Abades y tuvo sabor a rosquilla

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

M. souto

En la subasta este popular dulce silledense el bolo que obtuvo el primer premio se vendió por 300 euros

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la parroquia de Abades, en Silleda, la Pascua tiene un sabor especial: el de las rosquillas careras hechas con mimo por las mujeres de la comisión. La fiesta celebró ayer su 31 edición y los dulces volvieron a ser los protagonistas de una peculiar subasta cuya recaudación sirve para financiar en parte los festejos.

Las pujas han podido con todo, con los años de crisis incluidos, y ayer no fue menos. El mayor coste lo alcanzó el bolo que obtuvo el primer premio, una torre de rosquillas pegadas con azúcar para mantenerse en pie, envuelta para regalo en celofán y coronada con el lazo de rigor que se llevaron por 300 euros. Fue presentado por Casa de Golmar, de Abades y adquirido por una familia para la abuela Carmen de Abades. El segundo premio, por el que se pagaron 65 euros, fue para la asociación Avema de Manduas. Se vendió por 65 euros, mientras que el tercero lo obtuvo el bolo de panadería Merca Mella de A Bandeira, que alcanzó en la subasta un precio de 50 euros. Los tres primeros galardones son para los bolos más sabedeiros. Saber cuáles son solo está al alcance de verdaderos expertos en la materia.

Un poco más costó una composición rosquillera en forma de reloj de pared presentada por Os Rodríguez. Ganó el premio a la originalidad y alcanzó los 55 euros en la puja.

En total se subastaron 32 bolos, de los que no quedó ni la muestra. Se vendieron todos y la organización sumó unos 1.600 euros de recaudación en la subasta, a lo que se añadió los beneficios de la venda de otros tantos bolos de rosquillas que se vendieron a diez euros y 200 bolsas de estos dulces a tres euros, cada una. La recaudación sumó algo más de dos mil euros, explicaba ayer José Manuel Folla, presidente de la asociación de vecinos de A Costa. Este colectivo junto con el de la Asociación de Mulleres Rurais forma la comisión. Su presidenta, Encarna, apunta que la media en la subasta de bolos estuvo entre los 30 y los 45 ó 50 euros. El más barato costó 35 euros. Entre las composiciones que compitieron en originalidad se encontraba desde una casita tipo barraca realizada con rosquillas a un florero.

La fiesta arrancó ayer con un pasacalles a cargo de la Banda da Bandeira, para continuar con la misa solemne, la procesión y la venta y degustación de dulces junto con la subasta que empezó allá por las 14.30 horas. El buen tiempo animó la afluencia de personas. El deseo de los presidentes de ambas agrupaciones es que a la organización se sumen los más jóvenes y que mantenga en el tiempo, de no ser muchos más, al menos, para llegar a los 50 años, apunta José Manuel Folla.

El secreto de una copita de coñac para aromatizar

Seis mujeres forman la comisión y emplearon una semana y dos días en elaborar unas 10.000 rosquillas. El teleclub fue usado para la elaboración de los dulces y cada día estas maestras reposteras se juntaban a las 16.00 horas para salir a las 22.00 ó a las 23.00 horas. Azúcar, harina y carbonato amónico son algunos de los ingredientes. Junto con los huevos. Para la elaboración hicieron falta 90 docenas, muchos de ellos de casa. Mientras en otros lares se usa limón o anís para aromatizar, el secreto de las de Abades es «unha copiña de coñac».