El gobierno alaba el estado del Pontiñas y el PP carga contra los jardines secos

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

LALÍN

cedida

Unos y otros se fotografían en escenarios distintos para justificar sus razones

22 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El haz y el envés; la cara y la cruz; la cal y la arena ... el gobierno y la oposición. No es de extrañar así las visiones antagónicas que ofrecían ayer ?como si de una contraprogramación se tratara? sobre zonas verdes. Cuíña, Medela y Celia Alonso visitaron el paseo del Pontiñas para inspeccionar los trabajos ejecutados por la brigada ambiental los últimos dos meses «que permitiron que o sendeiro fluvial volva lucir en perfectas condicións». Destacaron su labor en varios kilómetros a lo largo de todo el recorrido acometiendo desbroces y limpiezas de cunetas y márgenes, y retirando toneladas de vegetación, árboles y ramas secas. Además, eliminaron especies invasoras como la palma de la Pampa, con mantenimiento de mobiliario y senderos. Además, recogieron kilos de basura ?muchos de ellos de botellones en la carballeira próxima al puente de la avenida Xosé Cuíña, y cerca de la laguna de O Espiño? y ejecutaron pequeños trabajos de carpintería en elementos de madera dañados. Los tres concejales del gobierno se manifestaron «moi satisfeitos» con la evolución de unos trabajos «perfectamente visibles en todo o parque».

Para dar continuidad al mantenimiento y garantizar el perfecto estado del paseo, anunciaron que las actuaciones se retomarán de nuevo desde el punto de partida. Aunque finalizado el grueso de los trabajos de recuperación, en próximos días realizarán tareas más específicas para perfeccionar el acondicionamiento del espacio verde: seguirá así la poda de setos y retirada de ramas y materia vegetal, junto a reparación de vallas de madera y limpieza de orillas del cauce. El gobierno definió al Pontiñas como pulmón de Lalín, apelando Cuíña a la concienciación ciudadana para evitar actos vandálicos y aparición de basura procedente del botellón. Se mostró contrario a esta práctica en el paseo, y recordó que durante agosto se intensificó la vigilancia por parte de la Policía Local.

La cara B

Frente a esa visión, el portavoz popular compareció ayer para «darlle un tirón de orellas ao goberno pola súa incompetencia» en materia de zonas verdes. Del Pontiñas en concreto dijo: «Aínda non acabaron de podalo, ¿rematarán cando acabe o ano? E a nós reclamábannos telo listo en xuño, que non tiñamos os operarios da Deputación, que sen eles Lalín estaría peor que a selva amazónica». Porque Crespo dijo que en estos días el único verde que puede verse en Lalín es el del césped artificial de varias de sus rotondas, con los demás jardines secos, «todo parece palla».

El portavoz del PP apuntó una explicación para la absoluta sequedad de las zonas verdes, indicando que el gobierno habló en julio de restricción de riegos a zonas verdes, y este mes de suspensión de esos riegos, pero en realidad «non regaron a maioría dos xardíns en todo o ano, así que ¿como poden suspender o rego cando non existiu?», asegura. Crespo señala una falta de previsión, porque ahora es normal que no se haga por falta de agua, pero señala que en meses anteriores sí fue posible y no se hizo: «Mesmo deixaron secar diante da estatua de Loriga, que o ano pasado estaba tan bonita». Concluye que «por incompetencia ou neglixencia non regaron nada, e os xardíns están totalmente secos. Eso si, co desbroce que fixeron xa non tiveron que facer máis, porque xa non lles medrou nada».

Y puso de ejemplo la actuación municipal cuando él era alcalde, con reducción paulatina de riegos hasta mediados de agosto: «Pero entón collíase o camión-álxibe e regábanse as prantas para que non morreran». Lo que recomienda hacer para salvar las que queden, porque asegura Crespo que la mortandad de plantas es altísima. Admite que regar áreas como la zona verde del jardín es complicado, pero pide hacerlo al menos en las rotondas.

Apuesta por pequeños bombeos en el río Pontiñas, en la zona del auditorio y del jardín botánico: «Estabamos neso», dijo, cuando llegó el cambio de gobierno.