Un abanico de diseños para las farolas de Lalín

La Voz

LALÍN

Rocío Ramos

Un paseo por las calles descubre la variedad y los cambios de diseño de las luminarias

21 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al igual que en las viviendas, la iluminación juega un importante papel en el diseño de las villas y ciudades. De la intensidad de la luz, el tono de la misma, y la forma de las farolas depende también la imagen que dan las calles. En Lalín, un paseo por el casco urbano, descubre un amplio catálogo de formas y colores. Un abanico que abarca desde los modelos más clásicos y regios a los más modernos.

Las farolas marcan un punto diferenciador en el diseño de los espacios. De hecho, en ocasiones, los existentes condicional también cambios futuros. Es el caso de las farolas clásicas de forjado que salpican las rúas Joaquín Loriga y Principal.

Su transformación en peatonal con una plataforma única está en marcha y el Concello apuntó en su día que las propuestas deberán contemplar la conservación de esos elementos que supusieron en su día una importante inversión.

En otras calles que también serán remodeladas, las antiguas luminarias se cambiarán por otras más modernas a juego con el nuevo diseño como será el caso de reformas en marcha como la de la rúa Wenceslao Calvo Garra que incluirán bolardos luminosos junto con espacios delimitados con cuarcita y pizarra verde.

Lalín posee muchos de los modelos de cualquier amplio catálogo de alumbrado público con una gran variedad de diseños. Ofrece todo un recorrido que abarca desde las bolas blancas sobre una peana de estilo clásico de algunos de los espacios del Paseo del Pontiñas o la Praza da Vila a modernas farolas en la Praza Europa en color plata.

En su día, las altas farolas de la zona de O Regueiriño, en plata y burdeos, causaron sensación y fueron una novedad. Hoy, acusan ya el inexorable paso de los años, y la herrumbre es visible ya en algunas zonas de la base de las luminarias de esta zona.

En materia de alumbrado el color también importa y el blanco y el negro ya no son la única opción.

Verde oliva son algunas de las farolas del Argo de Lalín de Arriba, amarillas las fernandinas que rodean la estatua de Ramón María Aller y negras y de cristal en la Alameda, algunas de las del Pontiñas y en forma de antorcha en la zona ajardinada de la rúa C.

Las hay que se elevan a varios metros de altura y otras más terrenales. De una luminaria, de dos brazos, con peanas apoyadas en la pared, con luces a varias alturas. Un catálogo heterogéneo que pone de manifiesto que el diseño, en iluminación, también cuenta.

Además de esa variedad, las farolas, ya solo del casco urbano, sin sumar las de un rural extenso (no en vano Lalín es uno de los concellos más grandes de Galicia en kilómetros cuadrados) permite ver que la iluminación supone un gasto muy importante, a lo que se suma el mantenimiento de todo el alumbrado, que no es una cuestión baladí. La sustitución por leds supuso y sigue suponiendo un gasto pero también es una inversión a largo plazo.

Cada año el Concello viene destinando una importante partida a reposición de farolas y mantenimiento. Son averías y también actos vandálicos a los que hacer frente.

Ese mismo paseo deja también al descubierto farolas rotas, torcidas y otras el encontronazo con algún vehículo, entre otras.