La suspensión de las ferias deja a los vendedores un futuro complejo

o. p. A ESTRADA / LA VOZ

LALÍN

Rocío Ramos

Con el género ya adquirido esperan que no cobren tasas por mercados no celebrados

04 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer debiera haberse celebrado feria en Lalín; hoy en Vila de Cruces. Ni una ni otra han sido posibles, por el estado de alarma. No se sabe cuándo volverán a desarrollarse los mercadillos, y mientras los vendedores permanecen con el género ya adquirido en sus almacenes, en algunos casos sufriendo un doble cierre: el de sus tiendas físicas y el de los puestos de mercado con que compaginan su actividad comercial.

Es el caso de José Manuel Méndez, al frente de la tienda de ropa Catuxa en Lalín y con puesto en las ferias de la propia capital dezana, Forcarei, Soutelo de Montes, Arzúa, Curtis, Monterroso, Santa Comba, Ordes y Lestedo. «O Goberno non axuda nada aos autónomos. Non tes onde sacar un duro e cobran o mes. Tiñan que ter suspendido a cuota de autónomos, as axudas non sei para cando chegarán». Confía en que, al menos, los ayuntamientos no cobren la tasa por los mercados no celebrados, un descuento que Lalín anunció ya que aplicará a su feria.

Será una mínima ayuda para sobrellevar el contratiempo que supone el alargado parón de actividad: «A campaña de verán ímola comer. Toda a mercancía que temos a xente non a vai comprar. Podían comprar algunha prenda para as festas do verán, pero non vai haber festas nin onde ir. A ver como a damos pagado», porque es mercancía que tiene ya en su poder, «porque mércase con anterioridade». Señala además que la clientela entiende, y los colores de esta temporada no seguirán el próximo año. Mientras tanto las letras llegan, con independencia de que ellos no tengan actividad para generar ingresos.

Méndez también recela de los préstamos ICO, al señalar que las entidades bancarias exigen seguros de vida que incrementan el coste de esas operaciones.

En A Estrada, Belén Mosteiro regenta la tienda de moda Mosvi, que también tiene puestos en mercados de Padrón, Cambados y O Grove. De nuevo, doble cierre: «El problema es muy grave, y también lo va a ser después. Los recibos se cargan, aunque es verdad que los propietarios de locales sí echan una mano», señala al indicar que a ella no le cobraron el alquiler de marzo.

El problema es que entre enero y febrero llegó toda la mercancía de la actual temporada, y se ha quedado toda paralizada. ¿Y qué salida le ve? «Pues ninguna, porque es una campaña enfocada a bodas, bautizos, comuniones ... y todo eso se va a suspender. La gente no va a estar para gastar en ropa para una boda, pensarán ‘no voy’», ya que priorizarán los gastos en cuestiones esenciales una vez se levante el confinamiento. «Es una situación muy fastidiada. Mi madre y yo somos las dos autónomas, y estamos las dos en casa». En su caso, habló con las fábricas para aplazar un poco los pagos, e intentar salir entre todos de esta dura situación con apoyo mutuo.