Unas Dores con más dolor que gloria

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Rocío Ramos

La festividad no está teniendo apenas repercusión en el comercio y la hostelería

20 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La ciudadanía de Lalín entiende que con la situación de rebrotes la decisión de suprimir los actos festivos fue la correcta. Eso no quita que la ausencia de festejos unida a la pandemia supongan un nuevo varapalo para muchos sectores, especialmente el comercio y la hostelería que llevan ya meses pasándolo muy mal. Las restricciones sanitarias que afectan al municipio hicieron que las calles se vayan vaciando. En los comercios señalan que «a xente ten medo e xa só sae a mercar o necesario». Estos días serían jornadas con colas en los supermercados que reforzarían la oferta con viandas festivas entre las que no faltarían los mariscos, las tiendas estarían llenas y las ventas se multiplicarían con las compras de vecinos deseosos de estrenar modelo en los festejos. Pero en vez de eso los industriales señalan que esta semana notaron un parón y que la subida de casos tuvo el efecto de ir vaciando las calles y locales.

En los restaurantes las reservas son escasas. Algunos cierran y otros que realizan cátering señalan que este año hay peticiones pero si antes eran de comida para 20 o 30 personas ahora son para seis o para ocho porque las comidas, en general, se van a limitar al círculo familiar más próximo. En la restauración cuentan que «a xente non vai ter invitados e se encarga é só para os da casa». En las panadería ayer notaban un incremento en las ventas que achacaban también a la posibilidad de que la gente comprara ya para los festivos, aunque muchas abren y había ausencia de otros encargos como asados. En las pescaderías los encargos estaban siendo los habituales de un fin de semana, en algún caso, con algún incremento especialmente de almejas o merluza y compras de algún marisco.

En las carnicería notaron un bajón muy importante y si antes los pedidos estos días eran de varios kilos de carne por cliente este año se estaban reduciendo a uno o dos kilos. La hostelería se quejaba de que se les castigue con restricciones importantes de aforo y de horario. Algún local tenía previsto contratar alguna actuación que realizar al aire libre con la que animar la terraza pero desde el Concello no se dio ningún permiso. En la calle mientras algunos comentaban que con el mal tiempo daba menos pena que no hubiese fiesta, otros veían en esa lluvia la posibilidad fallida de llenar los locales con vecinos en busca de refugio a los que servir consumiciones.

«As festas salvaban un pouco o mes, pero isto é una debacle»

El mes de septiembre, dice José Luis Iglesias del restaurante Cabanas, siempre fue malo para la restauración porque es un mes de muchos gastos para las familias. «As festas salvaban un pouco o mes, pero isto é una debacle», añade. El Cabanas cerrará el domingo por la noche, el lunes y el martes. Explica que «íamos traballando máis o menos ben» pero la subida de casos y los rebrotes supusieron un frenazo muy grande. Cree que la gente está siendo respetuosa con las restricciones y confía en que esa responsabilidad de todos ayuden a salir de esto. Está pensando en la temporada de cocido y en Navidad. Espera «sexan mellores» porque «si se perde a tempada de cocido é a morte de todos, é a que move todo porque son seis meses traendo xente a Lalín». Pide a todos «que sexan responsables para poder salvar un pouco os mobles. Ter que pechar sería moi triste», afirma.

«Está sendo peor que un día normal porque a xente vaise»

En tiempos de su padre, cuenta Luis Faílde de la carnicería que lleva su apellido en la Praza de Abastos, «polas festas matábase un becerro máis». Este año, los encargos diezmaron si no en número sí en cantidad porque los vecinos, sin invitados la mayoría y con las restricciones de reuniones a un máximo de 10 personas, llevan mucho menos. Pero eso sí, «todo o mundo quere o mesmo e pide xarrete». Algo que no solo pasaba ayer en esta carnicería sino también en otras muchas de la localidad donde se repetían las compras de clientes que no habían encargado porque el pedido iba a ser pequeño y entendían que no sería necesario. La jornada de ayer en la plaza de abastos, explicaba, «está sendo peor que un día normal porque a xente vaise e de fora non ven ninguén». Una queja a la que se sumaban otros que estaban detectando poco movimiento.

«Setembro era dos mellores e as vendas baixaron un 60 %»

Para el comercio el mes de septiembre con la vuelta al cole y las fiestas de Montserrat y As Dores era junto con diciembre uno de los mejores del año. Lo cuenta Meritxell Silva, propietaria de varias tiendas y representante de la sección comercio del CCA de la AED. Apunta que «as vendas baixaron un 60%». Lo achaca a que la gente «ten medo a gastar. Hai medo a perder os postos de traballo e mercase o que precisa o neno pero o xusto porque pensan que o mellor en 15 días os rapaces voltan outra vez para a casa». Ve ahora «máis medo que cando abrimos en maio. Daquela había unha esperanza e parecía que o virus desaparecera pero agora segue e é moito peor». Señala que «septembro xa está perdido» pero cree que «hai que ser optimista e tirar para adiante». «A campaña da camiseta Lalín mola gusta e funciona pero falta o empurrón das festas», añade.

«Hai menos encargos e máis pequenos que outros anos»

Los dulces no pueden faltar en unas fiestas y este año en muchas mesas tampoco faltarán pero las reservas están siendo mucho menores y nada que ver con los de otros años. Juan Suárez de la pastelería París explica que «hai menos encargos e máis pequenos que outros anos». Son, añade, «como moito para seis ou dez persoas, nada que ver con antes». Cuenta que desde el mes de marzo la falta de reuniones multitudinarias o familiares con mucha gente hace que ahora la gente pida tartas para cuatro o seis personas. Apunta que «septembro para nós era un bo momento» y las ventas de las fiestas de este mes cubrían el descenso que había en octubre y noviembre hasta la remontada de nuevo en Navidad. Estas fiestas en la París, los encargos son sobre todo de pasteles variados y de su tarta suflé, a las que se suman algunas tartas de frutas.