Silleda suma unas 300 hectáreas calcinadas a las 174 ya quemadas

Rocío Perez Ramos
rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

cedida

El Concello se sumó a los tres días de luto decretados por la Xunta

17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En Silleda quedan aún algunos rescoldos y la herida dejada por el fuego sigue abierta. Se calcula que en este segundo incendio en Siador, continuación del que hace unos días se iniciaba en Refoxos calcinando más de 174 hectáreas, ardieron unas 300 hectáreas más, a falta de una medición más detallada. En total una cuenta de cerca de medio millar de hectáreas de monte que cambiaron el verde por el negro de muerte y desolación. Medio Rural cifraba en 250 las primeras estimaciones del de Siador, que afectó también a Cortegada. Son 50 de arbolado y 200 de monte raso. A las 11.50 horas se dio por estabilizado y horas más tarde por controlado.

Ayer los servicios de extinción seguían aún a pie de campo, recorriendo la zona y regando con los ojos mirando al cielo esperando que la lluvia ayudara a acabar de extinguir un fuego que se dio por estabilizado, pero aún con zonas calientes. Recorriendo la zona se podían ver aún rescoldos en forma de pequeñas hogueras que salpicaban algunas zonas quemadas y otras humeantes. En los trabajos de una larga noche en la que se vivieron momentos de pánico y de mucha tensión estuvieron cuatro agentes, nueve brigadas, diez motobombas y una pala del servicio contra incendios del distrito forestal. El Concello envió su única motobomba. A los trabajos se sumó el personal municipal de Obras, la Policía Local y ex voluntarios de Protección Civil y Bomberos que se unieron a vecinos en una lucha que duró hasta altas horas de la madrugada. El Concello de Silleda se sumó a los tres días de luto decretados por la Xunta.

No fue el único incendio en la zona. En Agolada se registraron dos. Uno en Berredo, que empezó en torno a medianoche y quedó apagado de madrugada. A este se sumó otro en Borraxeiros que empezó a las 4.39 horas y quedó controlado a las 12.40 horas de ayer. Participaron en la extinción tres agentes, tres brigadas y tres motobombas, a los que se sumó en ambos fuegos la colaboración de los vecinos y los operarios municipales.

En Lalín, el fuego empezó a las 22.46 horas del domingo en Gresande y quedó controlado a las 7.00 horas de ayer. Ardieron cinco hectáreas de arbolado y cinco hectáreas de monte raso. Los trabajos de extinción contaron con tres agentes,m dos brigadas y dos motobombas.

En Rodeiro ardieron unas cinco hectáreas de monte en la parroquia de Arnego en un incendio que se inició a las 22.00 horas del domingo.

El fuego en Millerada puso en peligro el Candán

Forcarei tampoco se libró del fuego. A las 18.21 horas del domingo comenzó uno en Millerada y quedó controlado a las 5.10 horas. El incendio llegó a poner en peligro el Candán. Ardieron diez hectáreas de monte raso y se desplazaron cuatro agentes, tres brigadas y tres motobombas. Hubo otro en Castrelos. Empezó a las 22.08 horas del domingo y quedó extinguido a las 2.02 horas de la madrugada de ayer. Estuvo un agente y una motobomba. Quedó en un conato y ardieron 0.4 hectáreas de monte raso.

Casas desalojadas y una granja quemada en Siador

En Silleda, en torno a las 22.00 horas del domingo, fue necesario evacuar dos viviendas en Barcia, dos en Penadragra y varias en el núcleos de Siador, a las que los vecinos pudieron volver de madrugada. En Framiñán (Cortegada) estuvo a punto de llevarse a cabo el desalojo de vecinos, pero finalmente se pudo controlar el fuego. Ardió una granja con entre ocho y nueve mil gallinas ponedoras de huevos ecológicos de la empresa Avega, con sede en Agolada. Ocho granjas de cerdos a los que sitió prácticamente el fuego se salvaron. En unas, en el alto de Siador, estaban 2.500 cerdos de cebo y 40 cabras encargadas de limpiar la finca, y en las otras 8.500 lechones de precebo. A las 22.00 horas de ayer comenzaba a llover en la zona con mucha intensidad, lo que ayudaría a apagar definitivamente los incendios, aunque también se temía el efecto que la fuerza del agua pudiera tener en los arrastres de tierra y ceniza.