Las familias acogedoras de Galicia animan desde A Bandeira a ampliar la red de ayuda

Rocío García Martínez
rocío garcía LALÍN / LA VOZ

VILA DE CRUCES

rober amado

Más de 200 personas participaron en una jornada de convivencia en la que la Xunta prometió al colectivo más facilidades

24 sep 2017 . Actualizado a las 21:47 h.

El programa de acogida temporal de niños y jóvenes que no pueden convivir con sus familias cuenta en la actualidad en Galicia con más de 300 familias acogedoras. Antaño era solo 256. Sin embargo, pese a este incremento, siguen siendo necesarios más hogares de acogida por todo el territorio gallego para poder ofrecer en cada caso la respuesta más adecuada. Por eso ayer en A Bandeira Cruz Roja -la entidad que gestiona el programa- y la Dirección Xeral de Familia de la Xunta hicieron un llamamiento a la generosidad de los gallegos para ampliar la red de ayuda. En el marco del encuentro anual de Familias Acolledoras, la presidenta de Cruz Roja en Galicia, Carmen Colmeiro, recordó que en este momento son 193 los niños en acogimiento en la comunidad. Otros 39 menores están todavía a la espera de acogimiento. Entre ellos hay niños de 0 a 17 años, grupos de hermanos y niños con necesidades especiales.

En la inauguración del encuentro, la directora de Familia, Amparo González, puso en valor el «compromiso solidario e afectivo» de los acogedores y se comprometió a seguir trabajando para «aumentar os dereitos e facilidades de estas familias de especial consideración».

Desde el arranque del programa hace 20 años hasta la actualidad, en la comunidad gallega han estado en acogimiento más de 1.500 menores.

«Coa estancia do bebé na casa o noso fillo madurou dous anos de golpe»

Montse y Pedro son una pareja de Foz con un hijo de nueve años y un corazón enorme. Tras ingresar en el banco de familias acogedoras, hace un par de años tuvieron su primera experiencia de acogimiento. Fue con un bebé recién nacido. Normalmente, estos acogimientos suelen durar unas seis semanas, el plazo legal obligatorio que ha de transcurrir antes de que los progenitores ratifiquen la renuncia. Luego los bebés se instalan definitivamente con sus familias de adopción. En el caso de Montse y Pedro no fue así. El bebé necesitó varios ingresos y la estancia se alargó. Tuvieron que apañárselas para cubrir turnos hospitalarios las 24 horas, pero volverían a hacerlo sin dudarlo. Según confiesan, la despedida fue dura. «Tiñámolo ben interiorizado, pero aínda así foi duro. Aínda é duro recordalo», comenta Pedro. «O peor é non saber onde está, aínda que sabemos que está co mellor papá e a mellor mamá do mundo», dice Montse. «Ó noso fillo ó principio custoulle entender a renuncia dos pais. Co bebé madurou dous anos de golpe», aseguran.

«Acoger a un adolescente fue un acierto: si acepta quedarse es porque quiere familia»

De todos los niños y jóvenes que necesitan un hogar de acogida temporal, los adolescentes son los que más difícil lo tienen. Las familias acogedoras pueden acotar tramos de edad y algunas, por miedo, evitan la franja de la adolescencia. Los ourensanos Isabel y Pepe, en cambio, aseguran que abrir las puertas de su casa a un adolescente «ha sido un gran acierto». Tienen dos hijos de 5 y 7 años y desde junio conviven también con un joven de 14. Para muchos conocidos, son ejemplo de valentía. Para ellos, «el valiente es el niño acogido». «A su edad, el acogimiento es voluntario y para un niño de 14 años dar el paso de irse a vivir con una familia que no conocía y cambiar de localidad y de instituto es una decisión muy valiente». «Hay quien tiene miedo a la ‘mochila’ que pueda traer un adolescente, pero si acepta quedarse es porque quiere familia y va a poner todo de su parte», comentan. «En nuestro caso, además, es un joven encantador, muy simpático, muy hablador y con gran capacidad de adaptación», indican. «La verdad es que nos lo está poniendo muy fácil», aseguran.

«Estamos enganchados: mentres poidamos seguiremos acollendo»

Coro Mejuto y Manuel López son una pareja de Vila de Cruces adicta al acogimiento. La culpa fue de sus hijas, que hoy tiene 24 y 26 años, pero cuando rondaban los 15 llegaron a casa con un folleto informativo del programa de Familias Acolledoras de Cruz Roja. «Te vamos apuntar aquí, que tú vales», le espetaron a su madre. Cuando se dieron cuenta tenían en casa una niña de acogida de ocho años. «Despois esto engancha, non das dito que non», comenta Manuel. Así fue como tras la primera niña vinieron un bebé de un mes, otro de año y pico y un niño de 14 años.

Coro y Manuel solo le ven ventajas al acogimiento. «Axúdanos a estar activos e a ver outras realidades e ademáis aprendes un montón. Tamén une moito á familia, porque te das conta do valor da familia pero tamén porque todos se unen para arroupar ó neno que chega», comenta Manuel.

Tras cuatro acogimientos, Coro y Manuel están convencidos de que seguirán en el programa «mentres a mente estea ben e fisicamente poidamos». «Somos uns privilexiados porque temos a axuda de toda a familia volcándose cos nenos, porque ti tamén tes que ter os teus momentos», cuentan.