Los italianos no se creen que Berlusconi se vaya de verdad

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Mario Monti encabeza las quinielas de la sucesión

10 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Entre aliviados y preocupados se levantaron ayer los italianos después de conocer la noche anterior que el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, dimitirá una vez aprobado el paquete de medidas de ajuste económico prometidas a la Unión Europea. Alivio para aquellos que desde años esperaban el retiro político de Il Cavaliere, pero preocupación sobre la incertidumbre política y económica del país.

Mientras los inspectores de la UE y del Banco Central Europeo aterrizaban en Roma, desde Milán las noticias eran alarmantes. La Bolsa caía, sobre todo los títulos del grupo Mediaset, que tuvieron que suspenderse, y se disparaba el diferencial entre los bonos italianos y los alemanes. El pánico en los medios económicos era evidente.

En el Gobierno todo eran prisas para acelerar las reformas exigidas. Berlusconi se ha comprometido ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, a presentar el decreto económico cuanto antes. Un texto del que hasta ahora se ha sabido poco, se ha rumoreado mucho, y que hay que realizar en tiempo récord. Pero ya ayer mismo, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, alcanzaba a presentar a Napolitano un primer borrador.

También en la oposición era día de idas y venidas. Algunos no se fían de Berlusconi y piensan que es un nuevo truco para prolongar la agonía de un Gobierno sin apoyos. Por ello, y otra vez en bloque, pedían rapidez en la aprobación del decreto. Ante estas dudas, y con la intención de tranquilizar también a los mercados, el presidente Napolitano salió a escena vía comunicado oficial asegurando a que tras las medidas económicas, se formará un nuevo Gobierno o, si no es posible, se convocarán elecciones. Después se supo que la idea es que las medidas se aprueben este fin de semana.

A última hora de la tarde Berlusconi se reunió con su socio en el Ejecutivo, Umberto Bossi, y algunos ministros para estudiar la situación y asegurarse de que la Liga Norte apoyará las reformas. Antes Il Cavaliere aún tuvo tiempo para conceder entrevistas telefónicas a periódicos, radios y televisiones en las que se mostró convencido de que con su dimisión se terminará la legislatura: «Como no hay otras mayorías posibles, veo elecciones a finales de febrero». En su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), todo eran nervios e incertidumbre ante un futuro sin Berlusconi y cada vez son más los partidarios de un Gobierno técnico.

Las quinielas sobre el sucesor de Berlusconi ponen en cabeza a Mario Monti que además ayer, y por sorpresa, fue nombrado senador vitalicio por el presidente Napolitano. Monti es un reconocido economista que fue comisario europeo entre 1999 y el 2004. De esa época le viene el sobrenombre de Supermario. El problema es saber si el PDL está dispuesto a apoyar un Ejecutivo presidido por un técnico.

Hay quien prefiere a Gianni Letta, mano derecha del presidente del Gobierno, aunque para algunos su figura está demasiado unida a la de Berlusconi. El secretario del PDL, Angelino Alfano, es otro de los nombres que suenan, sobre todo porque es el único al que Il Cavaliere considera su posible sucesor.

Lo que si no quieren los italianos es una nueva candidatura de Silvio Berlusconi. En la encuesta diaria del Corriere della Sera de ayer, eran más del 60 % los votantes que rechazaban dicha hipótesis.