«La evasión fiscal es la enfermedad de nuestro siglo»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ECONOMÍA

Diego López Garrido
Diego López Garrido

Exdiputado y exsecretario de Estado para la UE, Diego López Garrido presenta esta tarde en Gijón su último libro

25 nov 2016 . Actualizado a las 10:31 h.

En su libro «Paraísos fiscales. Veinte propuestas para acabar con la gran evasión», Diego López Garrido traza los orígenes y desarrollo de estos «refugios para piratas», así los llama, de la era de las multinacionales. Sus contenidos serán presentados este viernes, a partir de las 18:45 horas, en la Biblioteca Jovellanos de Gijón en un acto organizado por la Fundación Alternativas y que será presentado por el portavoz del grupo socialista en el Senado, Vicente Álvarez Areces.

--En su libro afirma que para encontrar el origen del auge de los paraísos fiscales hay que remontarse a las políticas de Thatcher y Reagan.

--Es que Thatcher es la que empieza a romper el estado del bienestar, es ella la que empieza y luego Reagan se va uniendo. Buscan minar las bases del bienestar que son los impuestos progresivos. Todo ese sistema, la sanidad universal, la educación, las pensiones, son elementos que surgen en Europa tras la II Guerra Mundial y están basado además en una regulación del sistema financiero. Eso se destrozó con Thatcher, tras bajar los impuestos directos porque supuestamente eso deja más dinero en manos de los inversores, la famosa curva de Laffer que no se cree nadie; además de eso llevó a una desregulación financiera que al final es la que nos ha traído la gran crisis actual. En ese tiempo ha habido una expansión de las transacciones financieras junto a una política antiimpositiva y que ha creado las condiciones para que surja una auténtica industria de la evasión fiscal, y que tiene un punto clave: los paraísos fiscales, refugios para los piratas del fisco. Todo ello junto a que, a finales del siglo XX, se desarrollan espectacularmente las grandes compañías transnacionales, muchas tecnológicas, que superan a las fronteras de los estados. Estas multinacionales hacen cambalaches de beneficios de un lugar a otro para pagar menos impuestos, pero esto es lo que llamamos la elusión fiscal

--¿Qué diferencia hay entre elusión y evasión fiscal?

-La elusión es una actuación técnicamente legal en la que las multinacionales se aprovechan utilizando intersticios de la legislación para situar sus beneficios donde se paguen menos impuestos. Por ejemplo, es algo que pasa en Irlanda, que tiene un impuesto de sociedades muy bajo y que aprovecha que en Europa no hay una armonización fiscal. Es algo teóricamente legal pero contra lo que está luchando la OCDE y que reclama a las empresas que comuniquen sus datos económicos para que no puedan trasladar esos beneficios de un sitio a otro, no es algo fácil. Lo peor es cuando esa elusión va unida a acuerdos con gobiernos realizados bajo la mesa, de forma vergonzante. Es el caso de Apple en Irlanda, que no sólo tiene un impuesto de sociedades bajísimo, es que llegó a un pacto con la compañía para que apenas pagara el 0,5%. De este modo Irlanda le está haciendo una competencia desleal al resto de países miembros, a España por ejemplo, y por eso la UE le ha impuesto una multa a la compañía. La evasión fiscla tiene más potencia destructiva porque es directamente un delito. Un capital que huye y se traslada a paraísos fiscales porque allí no te piden nada, ni el DNI para llevar el dinero. Eso con la colaboración necesaria de bancos y de abogados especializados.

--En el caso de Irlanda, Apple no sólo amenazó con hacer perder puestos de trabajo si se reclamaba la multa sino que el propio estado se resistía a cobrarla.

-- Porque Irlanda tiene montado un paraíso fiscal, para los capitales se vaya allí. Todo ese dinero y esos acuerdos a los que llegó con Apple, al UE los entendió correctamente como una ayuda del estado, y eso es algo que está prohibido, es como una subvención directa, y eso es algo inconcebible para un mercado único y con competencia leal. Pero Irlanda quiere seguir haciendo esos acuerdos, secretos, inconfesables; porque es el mayor negocio del país. Que se resistan a cobrar la multa nos sirva para hacernos una idea de lo que gana Irlanda con esas operaciones de competencia desleal.

--Ha hablado de toda una industria de la evasión fiscal ¿en qué consiste?

--Es que es algo organizado, no es anecdótico. Primero está el evasor, que es el mayor villano de la película, porque es un capitalista que no quiere pagar impuestos, muchas veces por ingresos obtenidos lícitamente, no lo confundamos con el blanqueo de capitales; no quieren pagar y se buscan un refugio, un lugar que te va a permitir absoluto secreto bancario, que no informa a otros países de los residentes que tiene allí evadidos. Está el caso de las Islas Vírgenes, que pertenecen al Reino Unido, bueno pues tiene un capital invertido que es mayo que el que tiene el propio Reino Unido, cuando su economía es 3.000 veces mayor. El tercer elemento son las entidades financieras y los abogados especializados, con un gran conocimiento técnico permiten la creación de sociedades opacas, y es el caso por ejemplo de Mossack Fonseca, los que fueron filtrados en los ‘papeles de Panamá’.

--El caso de los ‘papeles de Panamá’ provocó un gran escándalo en la opinión pública pero, con el paso del tiempo, queda olvidado ¿qué se ha hecho desde entonces?

--Es un caso ha hecho un gran favor porque ha sensibilizado a la opinión pública, ya también ha movido a la Comisión Europea para haga algunas propuestas, aunque sólo sea para salvar la cara. Las filtraciones, las investigaciones periodísticas, son fundamentales y sería deseable que hubiera muchas, por eso digo en el libro que debería haber inmunidad total para los filtradores. Todo requiere medidas políticas, primero para determinar qué es un paraíso fiscal, y para poder imponer sanciones, para asfixiarlos, y eso está por encima de los estados, para eso necesitamos a la UE. También hay un problema: Estados Unidos presionó y amenazó a Suiza para terminar con el secreto bancario y está a punto de conseguirlo, pero el mismo Estados Unidos tiene sus propios paraísos fiscales como es el caso de Delaware, y ahora la elección de Trump ha sido un desastre porque no va a ayudar a que salgan de esa posición. Ahora mismo Estados Unidos no colabora ni con Europa ni con la OCDE respecto a sus paraísos y si Europa toma medidas contra la evasión y la elusión fiscal, tratarán de derivar capitales allí. En un momento determinado, Europa va a tener que enfrentarse a EEUU con esto y tenemos un problema con Trump porque es también un millonario que no paga impuestos.

--¿Y qué se puede hacer efectivamente para acabar con los paraísos fiscales?

--Es una cuestión de voluntad política, aunque no digo que no sea difícil, es necesaria la colaboración entre estados porque tenemos un mercado global y grandes compañías transnacionales pero los poderes políticos son nacionales y ese es el problema, ese desequilibrio muy difícil de combinar. Yo reitero que el que haya informaciones periodística o de filtradores es fundamental, pero también hacen falta administraciones preparadas, bien dotadas de presupuesto y con un cuerpo capaz de inspectores. La evasión fiscal es la enfermedad de nuestro siglo, si desapareciera es que podríamos terminar con el hambre en el mundo. Pero además la evasión fiscal es la vía de escape del gran capital contra el estado del bienestar. Eso que es casi un milagro europeo, un sistema de protección y de redistribución de la riqueza en una economía de mercado; pero eso requiere unos ingresos fiscales poderosos, muchos impuestos directos, a sociedades, a grandes fortunas.

--¿Qué se ha hecho, concretamente, en Europa?

--Se pueden hacer muchas cosas, en el parlamento europeo ha habido avances en la parte de la elusión fiscal, se han tomado medidas para reclamar mayor transparencia a las entidades financieras, que se informe a los estados sobre cuántos no residentes en el ámbito europeo tienen allí sus cuentas, está en ciernes la desaparición del secreto bancario en Suiza, pero no ha habido muchos avances contra la evasión fiscal. Tenemos el gran obstáculo de EEUU y va a ser muy difícil avanzar en ello pero Europa va a tener que exigir el mismo trato, hasta ahora no se ha atrevido a plantarle cara. Pero ¿que se puede avanzar?, la OCDE lo ha demostrado con sus propuestas, por supuesto que se puede. Europa tendrá que buscar primero una armonización fiscal, que no la tiene aunque tiene una moneda única, tendrá que pensar en qué hará después del Brexit, con un Reino Unido que ya anuncia que bajará el impuesto de sociedades al 17%. Todo país que tenga un 15% o menos en ese impuetso es ya un paraíso fiscal, y eso aboca a una guerra suicida por poner menos impuestos y, al final, todos tuertos.