La paradoja gallega: récord de ventas fuera, pero dependencia del mercado español

Mario Beramendi Álvarez
maRIO BERAMENDI SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Madrid y Cataluña repuntan en el intercambio interno de mercancías, pero Galicia no lo aprovecha

07 ago 2017 . Actualizado a las 12:14 h.

Las exportaciones han sido el elemento clave en la recuperación económica de Galicia. Con un comportamiento mejor al de la media del Estado, este sector ha venido batiendo récords a lo largo de los últimos años. Y todo hace presagiar que volverá a hacerlo también en este 2017. La comunidad exportó el pasado año mercancía al extranjero -sobre todo mercancía vinculada al textil y la automoción- por valor de más de 20.000 millones de euros, lo que equivale a un superávit comercial (diferencia entre importaciones y exportaciones) del 7,7 % de su PIB. Es un peso muy superior al trozo de tarta que supone la riqueza gallega en la del conjunto del Estado.

Sin embargo, este éxito exportador se diluye cuando se analizan los intercambios no solo con los países del mundo sino con el resto de comunidades autónomas. Entonces, Galicia deja de estar en cabeza para pasar a la cola. Madrid y Cataluña se anotan unos saldos exteriores negativos (en relación al PIB) del 13,12 % y del 5,7 %, respectivamente, pero cuando se ponen sobre la mesa los saldos comerciales totales, es decir, incluyendo los intercambios comerciales autonómicos, cambia totalmente. Cataluña cierra con un 12,1 % y Madrid con un 9,7 %. Estas son las conclusiones principales de un reciente trabajo que ha elaborado Albino Prada, profesor y doctor en Economía, en una investigación que ha hecho pública el Foro Económico de Galicia.

«Madrid y Cataluña anotan su demanda externa como un poderoso motor de crecimiento, pero no debido a que cuenten con una positiva balanza fuera sino que su saldo dentro de España le es muy favorable y su subbalanza de ingresos turísticos, dentro y fuera de España, no lo es menos», explica el autor de la investigación, quien agrega que el caso gallego es, justamente, el contrario.

El informe analiza también los casos de Andalucía y el País Vasco. La primera comunidad se anota un ligero superávit comercial fuera de España, con un buen balance turístico, pero su saldo final se ve muy lastrado por su dependencia importadora del resto del Estado. Algo que parece suceder con mayor intensidad en el País Vasco, un territorio que, al final, presenta un mejor balance por su motor exportador industrial al resto del mundo.

En el caso gallego, su futuro no solo pasa por aumentar el intercambio comercial con el resto de comunidades sino también por corregir algunos déficits de su sector exterior. Uno de ellos es el número de empresas exportadoras, un aspecto en el que, progresivamente, empieza a mejorarse. Existe una excesiva dependencia de la salud de dos gigantes, como son Inditex y Citroën. El último Informe Ardán, que elabora la Zona Franca de Vigo, da cuenta de un dato muy ilustrativo: el 70 % del saldo comercial positivo que arroja la economía gallega depende del sector de la confección. Por vez primera, en el 2016 Galicia superó a Cataluña en cuota de exportaciones: un 35 % frente a un 31 %. Según el profesor Prada, el escenario idóneo pasa ahora por diversificar los sectores exportadores. Hace diez años, el problema estaba en la excesiva dependencia que tenían de la automoción, y ahora ocurre lo mismo con el textil.

Algunos datos que ofrece el sector exterior gallego son alentadores. Galicia ha empezado a corregir uno de los desequilibrios que arrastraba en su sector exterior: la elevada dependencia geográfica de la UE y su escasa capacidad para ganar nuevos mercados. Al cierre del ejercicio, la cifra de empresas que vendieron productos en las llamadas economías emergentes -es decir, Brasil, India, China y Rusia- se situó en 756, lo que supone un crecimiento interanual del 6,2 %, muy superior al 1,4 % registrado en el conjunto de la economía española. Para Galicia constituye un paso positivo porque, primero, se trata de economías con un enorme potencial de crecimiento. Segundo, porque avanzar en cuota de mercado en esos territorios significa que la comunidad está haciendo algo más que producir más barato y competir en costes laborales. Y en tercer lugar, porque a diferencia de lo que ocurre con otros territorios, la gallega presenta un saldo negativo en el intercambio con el resto de España.