El tirón de Pontevedra sostiene el mercado gallego de la vivienda

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

RAMON LEIRO

Las compraventas crecen un 2 % este año, siete veces menos que en el conjunto de España

09 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercado gallego de la vivienda no acaba de levantar el vuelo. Al menos en lo que se refiere a las compraventas (el alquiler es otra cosa). No es que no haya una mejoría -en junio se registraron 1.289 transacciones, un 6,4 % más que en el mismo mes del 2016-, sino que el ritmo de crecimiento es muy inferior al del resto del país, donde el repunte triplica el gallego y supera el 19 %, el mejor dato en un mes de junio desde el 2008, como ayer recordaba el jefe del gabinete de estudios de Idealista, Fernando Encinar. Y la misma brecha se aprecia cuando se analiza el primer semestre. Entre enero y junio se vendieron en Galicia 7.135 casas, un 2 % más que doce meses antes. Pero es que en el conjunto de España la subida supera el 13 %.

Si la comunidad está en el vagón de cola en cuanto a la recuperación del mercado de la vivienda, la situación tampoco es homogénea en las cuatro provincias. Así, Pontevedra se reivindica como el motor del sector inmobiliario gallego, con un crecimiento de las ventas superior al 20 % en los seis primeros meses del año. Un repunte en el que tiene mucho que ver el tirón de los municipios costeros, pero al que también contribuyen las zonas metropolitanas.

La mejoría en la zona sur de la comunidad (las ventas crecen también en Ourense, un 7 %), compensan el desplome en las provincias del norte. Aunque la caída es más acusada en Lugo (9,2 %), en términos absolutos el mayor traspiés se produce en A Coruña, donde en el primer semestre del año se vendieron 244 viviendas menos que en el mismo período del año anterior.

Además de los contrastes por territorios, el mercado gallego destaca por el peso cada vez menor de la vivienda nueva, cuyas ventas caen casi un 15 %, mientras suben en el resto de España. Y es que el INE solo computa como nuevas las casas acabadas hace menos de dos años y en Galicia la actividad constructora está más parada que en otros puntos del país (especialmente grandes capitales y zonas costeras) donde las grúas se empiezan a abrir paso para atender la demanda.