Galicia logra superar en dos puntos a España en peso del empleo industrial

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Precisaría incorporar 72.000 trabajadores más al sector para ser el líder autonómico

11 sep 2017 . Actualizado a las 21:38 h.

La consolidación del ansiado cambio de modelo productivo que permita construir unos cimientos económicos más fuertes ante futuras turbulencias pasa inevitablemente por fortalecer el sector industrial. Del más de un millón de ocupados que tiene Galicia, 164.700 lo están en la industria. Es decir, un 15,9 % del total. La buena noticia es que esa proporción es dos puntos mayor que la que se registra en España, donde el empleo industrial representa el 13,9 %, tal y como reflejan los últimos datos de la encuesta de población activa (EPA). Sin embargo, en Galicia queda un largo camino aún por recorrer, sobre todo si quiere compararse con quien lidera el ránking autonómico, el País Vasco, una comunidad que tiene un tamaño económico similar. Por ejemplo, de los casi 900.000 ocupados con los que cuenta ese territorio, 204.900 están en la industria; esto es, casi el 23 % del total. Si Galicia quisiera igualar esa proporción, tendría que crear 72.000 empleos industriales más.

Estos y otros datos se incluyen en un reciente informe del Foro Económico de Galicia (FEG), en el que se abordan las claves de una estrategia industrial gallega, un trabajo que ha elaborado Albino Prada. El documento, más allá de las cifras de empleo, pone el foco en los aspectos que debe mejorar la comunidad para corregir sus desequilibrios.

La publicación documenta cómo entre el 2000 y el 2015 se registró en Galicia una creciente terciarización de la economía (mayor peso de los servicios) y que trajo aparejada una pérdida de producción material. «Unha economía cunha minguante e residual produción material será forzosamente unha economía con galopantes déficits externos e cunha moi problemática estabilidade do seu emprego, da súa demanda interna e, en suma, do seu benestar social», precisa Albino Prada. En este contexto, el objetivo de la Xunta sería darle la vuelta a esta tendencia y recuperar más de seis puntos sobre el PIB hasta el 2020. En el Estado, la economía regional que mejor se está desenvolviendo en el peso de la producción material es el País Vasco, lo que explica también su apertura y competitividad hacia el exterior y otros aspectos, como el tamaño empresarial y los sueldos más elevados. 

En busca del valor añadido

Según el FEG, la producción material gallega tiene presencia en actividades relacionadas con los recursos naturales (energéticos, agrarios o forestales) que no es capaz luego de transformar en valor añadido en otras actividades manufactureras. Justo lo contrario de lo que sucede en Cataluña o el propio País Vasco. Tal vez un ejemplo claro sea la cadena de valor de la madera: con un gran peso en la primera transformación, y mucho menor en la segunda (pasta y mueble).

Hay datos muy ilustrativos. Por ejemplo, Galicia, con un valor añadido bruto (VAB) primario del 5,1 % del total genera un VAB manufacturero alimentario del 2,9 %, mientras que Cataluña llega al mismo nivel partiendo de un VAB primario mucho más bajo. Sin embargo, a la luz de los datos, a la comunidad gallega no le bastaría con una mayor conversión manufacturera de los recursos naturales para recortar el déficit en peso industrial agregado. La lista de actividades donde es preciso avanzar, según el FEG, es larga: industria farmacéutica, equipamientos informáticos y electrónicos, equipamiento eléctrico, fabricación de maquinaria. Actividades, todas ellas, de mayor valor y que contribuiría a ofrecer empleo mejor remunerado.

La hoja de ruta: ganar tamaño e impulsar la innovación no tecnológica

A la ya sabida necesidad de ampliar la base de empresas exportadoras -el motor exterior gallego es muy dependiente de lo que hagan dos gigantes como son Inditex y Citroën- se hace necesario, según los expertos, adoptar otras decisiones. El FEG pone el foco en la necesidad de aumentar el tamaño empresarial y entiende que se hacen necesarias reformas institucionales: no perseverar en el apoyo a las microempresas y hacerlo, sobre todo, en iniciativas de concentración. Esto es clave para mejorar la competitividad exterior y que se puedan sumar también a las exportaciones negocios que operan en el mercado autonómico y nacional. Galicia también tiene que avanzar en la definición de nuevos productos y nuevos procesos y aquí resulta clave, entre otras cosas, apostar por la innovación que no solo es tecnológica. Es decir, hace falta dedicar una mayor atención a rejuvenecer los cuadros de personal, la organización y desarrollar nuevos modelos de negocio. 

Posición geográfica

Corregir el sobreendeudamiento de las empresas y apostar por sacar más partido a las fortalezas que brinda la eurorregión Galicia-Norte de Portugal son algunas de las cuestiones que también plantea el FEG en su documento sobre la estrategia industrial del futuro. Un escenario en el que el éxito dependerá también de que Galicia sea capaz de mejorar los raquíticos registros de inversión extrajera recibida. Galicia es una comunidad con muy pocas filiales de empresas extranjeras.