Anna Scheidgen: «Vender la empresa me costó muchísimo. Lo pasé muy mal, muy mal, muy mal»

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ÓSCAR VÁZQUEZ

La directora de Alfico, distribuidora de New Balance, considera que el acuerdo con la marca deportiva garantiza el futuro y fue una gran oportunidad en un buen momento

20 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Decidida y de pensamientos positivos. Y eso que la vida le ha mostrado su versión más dura. Hace 27 años, Anna Scheidgen -alemana de Bonn, aunque de alma latina (su madre era italiana y en Italia vivió un tiempo)- se enfrentó a su viudedad con cinco hijos muy pequeños. Y apostó por sacar la compañía adelante. Scheidgen logró que Alfico, distribuidora de New Balance para España y Portugal, se convirtiera en plena crisis en una empresa de referencia por ritmo de crecimiento. El año pasado firmó la venta de la compañía a la propia New Balance, una operación que califica de oportunidad de futuro. Ella sigue como primera ejecutiva.

-Está muy acostumbrada al cambio.

-Sí. No me importa.

-Cuando a su gente le cuesta...

-Siempre he tenido mucha suerte. Los últimos años han sido de un crecimiento meteórico. Se ha incorporado mucho personal a Alfico, pero el antiguo sigue aquí, y se ha adaptado perfectamente a todos los cambios. Los ha recibido con mucho entusiasmo porque afortunadamente [toca madera] han ido para mejor. Cualquier persona que tenga dos dedos de frente, si ve que su vida mejora, que su ambiente de trabajo mejora, tiene que aceptar el cambio de manera positiva. Yo puedo alardear de que aquí tenernos muy buen ambiente de trabajo.

-Cuando uno tiene que tomar la decisión de vender su empresa...

-Me costó muchísimo. Lo pasé muy mal, muy mal, muy mal. Estoy hablando a nivel personal. Porque en el ámbito empresarial, la verdad es que ha sido una negociación muy buena y con personas de máxima confianza: Jim Davis, el dueño de New Balance es el padrino de mis dos hijos gemelos. Comencé aquí cuando tenía 22 años, así que esta empresa es mi vida. Tengo a cuatro de mis cinco hijos trabajando conmigo y he sacrificado a mi familia, porque soy viuda desde hace 27 años. La suerte que tengo es que mis hijos son magníficos y cada uno desempeña su papel de forma fantástica. Mi hija la mayor está llevando ya una parte importante del negocio. Fue ella la que me animó a que abordásemos la posibilidad de venta, porque las cosas estaban cambiando: las casas grandes son ellas mismas distribuidoras. Yo era consciente, pero me costaba mucho pensar que ya no estaría en mi empresa. Sin embargo, no ha cambiado nada. Sigo siendo yo la responsable del trabajo diario, pero la sensación al principio... lo pasé muy mal, francamente. Sé que el cambio ha sido muy positivo.

-Usted es valiente.

-¡Qué remedio te queda! Tengo que pensar que tengo cinco hijos y que vivimos todos de esto. Se presentó una oportunidad y pensé: por mucho que me duela, lo tengo que hacer. ¿Qué pasaría si en el 2020 New Balance dice que no quiere continuar con Alfico? Hemos garantizado que continúe la plantilla. No es valentía, es mucha responsabilidad. Fueron muchas noches sin dormir.

-Se le están llenando los ojos de lágrimas.

-Sí, sí. Lo pasé muy mal. Pero cuando ves que es la solución para todos, te decides. La suerte ha sido que esta oportunidad nos ha pillado en un momento muy bueno de crecimiento, a ritmos del 50 % desde el 2011. Por eso la negociación para nosotros ha sido mucho más fácil.

-El dueño de New Balance y su mujer son los padrinos de sus hijos mellizos. ¿Cómo fue la negociación?

-No negociamos con él. Se hizo con el gabinete financiero, con el jurídico. Por nuestra parte, contratamos a personas que acometieran la operación, que fue muy larga; duró más de un año. Primero pensamos en una joint ventur, que también hubiera sido algo positivo. Pero como New Balance está creciendo muchísimo a nivel global y está comprando todas las distribuidoras, optamos por esta operación.

-¿Cuántos años tiene?

-63 [lo dice sin darle importancia a la pregunta].

-¿Se quiere jubilar a los 65?

-No es que quiera jubilarme. Me gustaría hacer cosas que no he podido hacer durante todos estos años. Tengo muchísimos proyectos: quizá dedicarme más al retail de lo que estoy dedicándome ahora, porque es un tema que me encanta; quiero aprender a tocar un instrumento, viajar por placer (y no de negocios, entre aeropuertos, salas de reuniones y hoteles) y quiero escribir un libro, una autobiografía. Tanto en mi vida personal como en la laboral tengo muchísimas anécdotas que contar. Aunque sea solo a mis hijos, a los que lamentablemente no he podido seguir tanto como madre. Mi marido murió cuando los gemelos tenían 1 año y la mayor 11. En ese momento pensé: o saco adelante a mi familia o me dedico a ella, y no sé lo que va a pasar.

-¿Es usted un animal de empresa?

-Mi trabajo me apasiona y nunca me ha costado levantarme para venir a Alfico. Pero mis hijos lo están haciendo muy bien. Mi hija puede coger las riendas perfectamente. Está suficientemente preparada. Todos ellos, cada uno en su rama, son muy apreciados por parte de New Balance. Puedo ir soltando las riendas. La vida es corta. Hoy estamos aquí, pero mañana no sabemos.

-Una mujer de negocios, activa, moderna tuvo que pararle los pies a...

-Sí, aunque he tenido mucha suerte. Los demás dicen que impongo… A nivel profesional, soy directa y seca. Eso ayuda. Y si alguno se pasa un poco pues a cortarle y punto pelota. Cuando intentaron tenerme como florero, dije: hasta aquí hemos llegado, y me marché sin darle mucha importancia al tema. Al fin y al cabo si te rodeas de gente inteligente, te respetan. Creo que he hecho las cosas medianamente bien.

el perfil

Cinco idiomas. Insiste en que la entrevista no sea personal. Pero con ella es difícil. Aunque nació en Bonn, no se siente alemana. Solo en su forma de trabajar, en su perseverancia y seriedad. «Me siento española, y sobre todo gallega y latina», subraya. Habla cinco idiomas: alemán, inglés, italiano, español y francés.