La huelga en el naval de Ferrol llega a su vigésima jornada con tensión máxima entre empleados

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

Sin avances en un paro en el que este lunes hubo denuncias de trabajadores a los piquetes

24 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace 20 días que las plantillas de las empresas auxiliares de Navantia no entran a trabajar en los astilleros de la ría ferrolana, como consecuencia de la huelga convocada en el sector en solitario por la CIG para reclamar el cumplimiento de los acuerdos que se firmaron en el 2001 para homogeneizar las condiciones laborales y salariales en el sector. Lejos de producirse avances entre los representantes de los trabajadores y los empresarios, la tensión ha ido en aumento entre los propios empleados, que se dividen entre los que apoyan la presión y configuran los piquetes que impiden el acceso a las factorías de Fene y Ferrol y los que abogan por negociar la inclusión de esos acuerdos en el convenio provincial del metal, de lo que son partidarios también CC. OO. y UGT -que acaban de firmar ese convenio- y el sindicato MAS. Este lunes, en torno a las siete de la mañana, un grupo de delegados de compañías que querían acceder a la antigua Bazán y los piquetes protagonizaron escenas de tensión en la puerta principal, en donde se produjeron abucheos y gritos.

Los delegados interpusieron una denuncia en la comisaría ferrolana, mientras que en Fene trabajadores de una firma auxiliar también requirieron la presencia de la Guardia Civil, que identificó a aquellos que impedían el paso.

La huelga prácticamente ha paralizado la actividad de Navantia en la ría, ya que en todos los programas en curso precisan de las subcontratas, aunque son la división de reparaciones y el contrato de construcción de 42 jackets -componentes de eólica marina- para Iberdrola los que están registrando sus mayores efectos. El armador del barco Excalibur, que navegó durante varios días frente a las costas ferrolanas a la espera de tener confirmación de si podría acceder al astillero con garantías de ser atendida su reparación, dio de plazo hasta este lunes para que obtener respuesta a su petición, pero sopesaba desviar la obra a Francia y, según Navantia, ya se han perdido otros dos contratos por el paro.

Riesgo de penalizaciones

Windar Renovables, socio de la empresa pública en el negocio de la eólica marina, ya ha advertido de que corre el riesgo de tener que afrontar penalizaciones por incumplimiento de los plazos del programa East Anglia One, de Iberdrola. «El retraso de Windar Renovables, en caso de que llegue a producirse, alteraría la programación de otros trabajos en una obra que moviliza miles de millones de euros». La dirección reclamó este lunes a la «autoridad gubernativa» que garantice el acceso de su plantilla y afirma que no descarta reclamar los daños a los convocantes del paro. Además, aunque Navantia no ha llegado a confirmarlo oficialmente, la sombra del cierre inquieta a la plantilla directa, ya que no hay servicio de limpieza. El presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol pidió a los cuatro sindicatos «que senten en serio e conxuntamente co persoal da industria auxiliar e acaben con este conflito dunha vez».