Huida hacia adelante en la CEG

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

La presidencia rotatoria para dar estabilidad supone pensar más en el reparto de poder que en los empresarios

25 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay tregua en la patronal gallega. Cuando parece que se calman las aguas y se inicia un período de tranquilidad, siempre se tuerce todo de una forma inesperada. La causa de esta inestabilidad crónica es conocida: la constante lucha territorial por el poder. Apenas elegido hace nueve meses, Antón Arias tiene ahora su tiempo contado. Su marcha dependerá de la celeridad con la que se ejecute el plan preparado por los cuatro vicepresidentes, plasmado ya en un borrador, que consiste en establecer una presidencia rotatoria cada dos años. Un modelo bastante peculiar, cuyos promotores consideran que es la única salida para dar estabilidad a la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), pero que parece elaborado pensando más en el reparto de poder que en los empresarios.

Reconducida la situación económica, tras la firma del préstamo hipotecario por 1,2 millones de euros, la prioridad más urgente ahora ya no es garantizar la viabilidad de la organización sino ver quién lleva el timón y controla el rumbo de una patronal que, socialmente, viene perdiendo credibilidad en una hemorragia imparable. Con menos personal en sus servicios centrales, con unas confederaciones que ostentan el poder como reinos de taifas, la organización patronal parece emprender una nueva huida hacia adelante sin ver muy claro el camino. La reducción del capital humano, la falta de recursos y la imagen constante de una pelea por ver quién es el gallo del corral proyectan la idea de una CEG alejada del servicio de las empresas.

El pacto de las confederaciones para reconducir la patronal se ha hecho sin contar con las organizaciones sectoriales, las que representan las diferentes ramas de actividad, molestas con el rumbo que toma la CEG. Se temen que con la reforma de los estatutos su representación en la asamblea general pase del 40 al 15 %.

La Xunta ha asistido como espectadora a los acontecimientos que se han producido en el seno de la organización: lleva tres presidentes en apenas cuatro años, y pronto habrá un cuarto.

A pesar de que la Xunta mantuvo un profundo desencuentro con la CEG por los gastos subvencionables con cargo al plan Pexga, en el verano del 2016 avaló a la patronal para que pudiese optar a un préstamo de Abanca de 600.000 euros. Aquel movimiento salvó in extremis a la organización del concurso de acreedores.

Y mientras lo que queda de la patronal gallega vuelve a abrir el melón del reparto de poder, el empresariado se mueve en otras direcciones. A comienzos de este año se creó el Círculo Financiero de Galicia, con empresarios de los círculos de A Coruña, Santiago y Vigo. Y está previsto que Feijoo mantenga un encuentro con ellos en Santiago el próximo viernes 3 de noviembre. Será el primer gran acto institucional de una nueva organización de empresarios al margen de la CEG.