Estados Unidos vuelve a cargar la mano a China con nuevos aranceles

Efe WASHINGTON

ECONOMÍA

Beck Diefenbach | REUTERS

La Administración Trump impondrá impuestos del 10 % por valor de 200.000 dólares a productos asiáticos, en el marco de la guerra comercial que libra con el gigante asiático

18 sep 2018 . Actualizado a las 09:52 h.

Estados Unidos impondrá a partir del próximo 24 de septiembre aranceles del 10 % por valor de 200.000 millones de dólares (171.000 millones de euros) a productos chinos, en el marco de la guerra comercial que libra con el gigante asiático.

Así lo ordenó este lunes el presidente estadounidense, Donald Trump, según un comunicado publicado por la Casa Blanca. El mandatario destacó en el texto que esos gravámenes aumentarán al 25 % a partir del 1 de enero y advirtió de que «si China toma represalias contra nuestros agricultores u otras industrias, inmediatamente iniciaremos la tercera fase, que consiste en aranceles de aproximadamente 267.000 millones en importaciones adicionales».

La respuesta china no ha tardado en llegar y Pekín su Ministerio de Comercio ha avisado que adoptará contramedidas comerciales para salvaguardar sus intereses legítimos y espera que Estados Unidos vea las consecuencias dañinas y rectifique a tiempo.

En una rueda de prensa, funcionarios estadounidenses que pidieron el anonimato explicaron que se ha decidido empezar con unos aranceles más bajos a los anunciados en agosto con el objetivo de dar más tiempo a los estadounidenses y sus empresas para buscar sustitutos a los productos chinos. Este movimiento busca mitigar los efectos del cambio, detallaron los citados funcionarios.

En julio, el Gobierno publicó una lista de los productos que se verían afectados por los aranceles, entre los que figuraban reactores nucleares, señales de tráfico y componentes de trenes.

Durante semanas, se ha llevado a cabo un proceso de consultas públicas que ha culminado con la decisión de conceder exenciones a varios artículos, como aparatos electrónicos que usan el sistema de conexión inalámbrica «bluetooth», así como productos químicos para la agricultura y utensilios para hospitales, como guantes de plástico.

Algunas de esas exenciones benefician a la compañía tecnológica Apple, con sede en Cupertino (California) y que compra a empresas chinas algunos de los componentes de sus aparatos electrónicos.

La aprobación de los nuevos aranceles llega días antes de que EE.UU. y China inicien un nuevo ciclo de negociaciones comerciales que tendrá lugar entre el 27 y 28 de septiembre en Washington, según desveló este fin de semana el diario The Wall Street Journal.

El periódico apuntó que la imposición de estos gravámenes busca dar una ventaja a Washington en la que sería su quinta ronda de negociaciones comerciales.

Las dos mayores economías del mundo están inmersas desde hace meses en una guerra comercial por los aranceles que Washington está imponiendo a las importaciones chinas.

Trump considera que el déficit comercial de su país con respecto a Pekín, que calcula en 376.000 millones de dólares anuales, es inaceptable y tiene que equilibrarse.

«Con suerte, este problema comercial se resolverá, en último término, por mí y el presidente chino, Xi Jinping, hacia quien tengo un gran respeto y afecto», indicó Trump en su comunicado.

Los equipos de negociación chino y estadounidense ya han mantenido cuatro rondas de reuniones. La última de ellas estuvo encabezada por el viceministro de Comercio chino, Wang Shouwen, y el subsecretario del Tesoro estadounidense, David Malpass.

Ambos países ya habían celebrado tres encuentros antes del verano: primero se entrevistaron en Pekín a principios de mayo, luego se vieron en Washington a mediados de ese mes y decidieron poner «en suspenso» el conflicto, y a comienzos de junio volvieron a reunirse en la capital china.

No obstante, ninguna de esas tres primeras citas consiguió disuadir a Trump de imponer aranceles a importaciones chinas (la mayoría del sector tecnológico) por importe de 34.000 millones de dólares el día 6 de julio.

Pekín respondió con medidas análogas que impactaban principalmente a bienes agrícolas, en particular la soja. Posteriormente, entró en vigor una segunda tanda de gravámenes a productos chinos cuyo valor ascendía a 16.000 millones de dólares -completándose así la lista inicial que anunciaba aranceles a bienes por 50.000 millones- y China reaccionó de nuevo aplicando una medida similar a productos estadounidenses.

Tras esas represalias se han sucedido las amenazas, sobre todo por parte de Trump, quien ha llegado a decir que estaría dispuesto a imponer aranceles a bienes chinos por un importe de hasta 500.000 millones de dólares.