30 años de la única huelga que consiguió paralizar España

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

ECONOMÍA

Fue la Gran Huelga, con mayúsculas, secundada por casi ocho millones de trabajadores, con apagón de TVE incluido. Galicia fue una de las comunidades en las que el paro general del 14 de diciembre de 1988 tuvo mayor incidencia. Así informamos de una fecha histórica que forzó a Felipe González a dar un giro social a su política económica

14 dic 2018 . Actualizado a las 12:36 h.

El 14 de diciembre de 1988, Galicia amanecía vacía y en silencio. La comunidad secundaba de forma masiva la huelga general -convocada por UGT y CC.OO. contra la política económica del Gobierno de Felipe González y, en concreto, contra su plan de empleo juvenil- que ha tenido mayor impacto y trascendencia en democracia. Un «triunfo rotundo e histórico» para los sindicatos, como resumía en primera página La Voz de Galicia al día siguiente. 

Han pasado 30 años desde entonces, y más paros generales, pero ninguno ha conseguido superar a la Gran Huelga, la «mayúscula», en palabras de Nicolás Redondo, quien entonces era secretario general de UGT. Un éxito que ya se presagió a las 00.00 horas de ese 14 de diciembre cuando la voz de la presentadora Olga Barrio, conductora del último informativo de TVE -la única televisión de ámbito estatal en ese momento en España-, quedaba cortada y la pantalla se fundía en negro. Segundo después aparecían imágenes de monumentos españoles acompañadas por una banda sonora de música clásica. Arrancaba la huelga. 

A pesar de que durante esa jornada de paro también se produjo la tan habitual guerra de cifras entre sindicatos (que evaluaron el seguimiento en más del 90 %) y Gobierno (que lo rebajó al 50 %), ni siquiera el propio González pudo objetar nada al multitudinario apoyo obtenido. Casi ocho millones de personas, medio millón en Galicia, secundaron la que se denominó como «Jornada de paro general de 24 horas», un lema con el que se pretendía evitar connotaciones políticas. No hay que olvidar que antes de convocarla UGT había tomado la complicada decisión de romper con su partido de cabecera, el PSOE.

El éxito de la convocatoria convirtió en célebre una frase del ya fallecido Chema de la Parra -en ese momento secretario de Organización de CC.OO- quien resumió así el 14-D: «Hemos parado hasta los relojes».

Este desahogo general, que más allá de una huelga política o sindical, fue un paro social, se desarrolló con normalidad y sin graves incidentes, a pesar de las más de sesenta detenciones producidas en todo el país, cinco de ellas en Vigo, en el enfrentamiento de un piquete con policías.

Galicia fue una de las comunidades donde la huelga general tuvo mayor incidencia. De acuerdo con los datos de la patronal gallega CEG, ese día el paro fue casi total en pequeño comercio, banca, industria, transporte de mercancías, transporte interurbano de pasajeros, construcción y enseñanza pública. La participación activa también pudo medirse en las numerosas manifestaciones que se celebraron por toda España. Las de Vigo, A Coruña y Ferrol fueron de las más concurridas de Galicia.

Leves incidentes durante la jornada de huelga en Galicia. Esta imagen es del paro en A Coruña
Leves incidentes durante la jornada de huelga en Galicia. Esta imagen es del paro en A Coruña

¿Qué es lo que se exigía? 

El objetivo fundamental para llamar a la ciudadanía a la huelga general fue rebelarse contra las políticas económicas del Gobierno de Felipe González -con medidas de recorte y austeridad- y exigir un giro social. 

Como reivindicación no negociable estaba, sobre todo, la retirada del Plan de Empleo juvenil, un proyecto que sirvió de espoleta para la convocatoria. Aprobado por el Ejecutivo sin acuerdo con los sindicatos, flexibilizaba más la contratación de jóvenes en un momento en que había una bolsa de un millón de parados menores de 25 años. Dicho plan, según la denuncia sindical, ponía a disposición de los empresarios «mano de obra barata, al margen de las normas laborales y del Estatuto de los Trabajadores».

Las otras dos exigencias fundamentales de la protesta eran una subida de las retribuciones de dos puntos porcentuales para funcionarios y pensionistas y un incremento de la cobertura de desempleo de hasta el 48 % de los parados.   

La crisis económica de Galicia y la reconversión industrial reforzaron en nuestra comunidad los motivos de la convocatoria de la huelga geneal, como expresaron los secretarios generales de los principales sindicatos, que por primera vez comparecieron juntos en un debate organizado por este periódico.

¿Logró su objetivo la huelga?

Ante el éxito sin precedentes del paro general, a Felipe González no le quedó otro remedio que «tomar nota» y sentarse a negociar con los sindicatos, a pesar de que en su primera valoración de la jornada reiterase su idea de que la huelga «fue política» y descartase convocar elecciones anticipadas. 

Aún así, los efectos del paro masivo tardaron en llegar. Fue en 1990 cuando se produjo el acuerdo entre Gobierno y sindicatos. Llegaba el llamado «giro social» del PSOE, partido que en las siguientes elecciones perdía la mayoría absoluta.

El Gobierno derogó el Plan de Empleo Juvenil, subió las pensiones y las ligó al IPC, mejoró la protección por desempleo y elevó el salario de los funcionarios. Se cimentaban así los pilares del actual Estado de Bienestar, con nuevas medidas como las pensiones no contributivas o los subsidios por desempleo.

Como insisten los sindicatos, el 14 de diciembre de 1988 se vivió «la gran huelga general de la democracia», la única que logró paralizar España, el paro que sí logró revertir las políticas del Gobierno.