El Estado no se plantea vender a corto plazo su 16% de la nueva CaixaBank

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

La fusión ahorrará 770 millones de euros en costes a partir del 2023

18 sep 2020 . Actualizado a las 20:39 h.

El canje de la fusión entre Bankia y CaixaBank, el secreto mejor guardado de la operación, ya está sobre la mesa: 0,6485 acciones de CaixaBank por cada título de Bankia, lo que representa una prima del 20 % sobre la cotización que tenía el banco nacionalizado a comienzos de mes, antes de que saltaran a la luz las conversaciones para la integración. La ecuación supone valorar Bankia en 4.300 millones de euros (1,41 euros por acción).

En estos términos, los accionistas de CaixaBank controlarán el 74,2 % del nuevo banco; y los de Bankia, el 25,8% restante. Así las cosas, el Estado, a través del FROB, tendrá una participación en el mayor banco del país del 16,1 %, y la Fundación Bancaria La Caixa, a través de Criteria, alrededor del 30 %. El resto del capital estará en bolsa (un 37 % en manos de inversores institucionales y otro 17 % en poder de pequeños accionistas).

De todos es conocido que la permanencia del FROB en el accionariado del primer banco del país tiene fecha de caducidad. Pero está por determinar. Por ahora, la salida del Estado, y con ella la recuperación de una parte del millonario rescate que en su día recibió Bankia para mantenerse a flote, no está sobre la mesa. Y es que, como se encargó hoy de recordar el actual presidente del banco nacionalizado y futuro presidente ejecutivo de la nueva entidad, José Ignacio Goirigolzarri, «con la banca cotizando en los niveles más bajos en 30 años, no parece el mejor momento para hacerlo». Para Goirigolzarri, «la fusión es la mejor opción para recuperar las ayudas».

Así que la convivencia con el Estado en el seno del consejo (el FROB tendrá un asiento en él) va para largo, un aspecto que no genera «ninguna preocupación» al futuro primer ejecutivo de la nueva entidad y ahora consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, quien descartó cualquier tipo de injerencia política en la gestión del nuevo banco. Entre otras cosas porque el FROB, en palabras de Goirigolzarri, tendrá ahora una «influencia muy diferente» a la que tiene en Bankia.

Ambos directivos se mostraron convencidos de que la operación generará valor para los accionistas y, por tanto, para el Estado.

Un ahorro de 770 millones

Como en cualquier fusión que se precie, el objetivo de la de Bankia y CaixaBank pasa por el ahorro de costes, que, en este caso será de 770 millones de euros anuales (540 teniendo en cuenta los impuestos) a partir del 2023. El año que viene será de apenas 25 millones; y el siguiente, de 700. Además, la integración generará unos ingresos de 290 millones al año. Con esos mimbres, los responsables de ambas entidades estiman que el beneficio por acción para los accionistas de Bankia se incrementará en torno a un 70 % (incluida la prima que supone el canje de la fusión) respecto a las estimaciones del mercado para el 2022; y un 28 %, para los de CaixaBank.

Ajuste de 2.200 millones

Para ello habrá que acometer una fuerte reestructuración, que los equipos encargados de diseñar la operación han calculado en unos 2.200 millones de euros. Lo que no se sabe aún es cuánto se llevará de esa cifra el ajuste de plantilla que traerá aparejado la fusión y que ni Goirigolzarri ni Gortázar quisieron ayer cuantificar, alegando que todavía es pronto para hablar de ajustes cuando todavía quedan por delante «seis o siete» meses para que culmine la integración. Estimaciones de analistas lo cifran en torno a los 8.000 trabajadores, algo más del 15 % de los 51.000 que suman los dos bancos.

Ambas entidades esperan cerrar la operación durante el primer trimestre del año que viene, una vez celebradas las juntas de accionistas -que han de autorizar la absorción-, en noviembre, y recibidas todas las autorizaciones de los distintos reguladores.

Además de prescindir de parte de los trabajadores, tendrán, claro, que cerrar oficinas. Tanto Goirigolzarri como Gortázar insistieron ayer en Valencia, donde fue presentado el nuevo banco y donde tendrá su sede, que se tendrá muy en cuenta la elevada presencia de la entidad en zonas rurales. «No podemos desbancarizar España», resumió Gortázar. Hay cerca de 300 localidades en las que CaixaBank y Bankia son las únicas marcas bancarias con presencia.