La falta de suministros y de mano obra amenaza las campañas del Black Friday y la Navidad

S. Cabrero / Z. Aldama REDACCIÓN / LA VOZ, COLPISA

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

La inflación y la escasez de ciertas materias primas impedirán que muchos artículos lleguen a tiempo para estas campañas

14 oct 2021 . Actualizado a las 19:01 h.

Con una de las campañas más jugosas de todo el año a la vuelta de la esquina, el sector del comercio analiza todas las noticias que llegan desde Oriente con cierta preocupación. El optimismo que manejaban hace no demasiado tiempo, al calor de los signos de recuperación económica que se apreciaban tras 18 meses marcados por el covid-19, se ha visto empañado por la crisis de suministros y la falta de mano de obra que padecen algunos de los sectores clave de nuestra economía.

Hace dos días eran los jugueteros los encargados de dar la voz de alarma. Advierten que el encarecimiento de las materias primas y del transporte -con especial incidencia del procedente del sudeste asiático- elevarán sus costes hasta un 40 %. E iban un paso más allá al admitir que es muy probable que los muñecos y demás juegos que alegren los árboles en diciembre y enero vendrán con un «inevitable» incremento de precios.

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) advertían de que las materias primas para fabricar sus productos se han encarecido notablemente en los últimos meses. Para muestra, dos botones: el PVC cuesta un 35 % más que hace un año y los tubos de hierro que se usan para las bicicletas o los triciclos son un 30 % más caros.

No es una cuestión solo de materiales. El coste del transporte marítimo, clave para todas las industrias, se ha disparado de una forma vertiginosa. De hecho, según los cálculos de la AEFJ, las empresas están pagando un 400 % más que hace un año para poder traer desde el sudeste asiático hasta las costas patrias un contenedor de los grandes (de unos 40 pies). Traducido en dinero contante y sonante, esto supone que, mientras que en el 2020 se pagaban unos 3.000 dólares para poder disponer de uno de estos contenedores, hoy en día el precio ha escalado hasta los 15.000.

Aquellos dispuestos a estirar el bolsillo y pagar las cantidades que les piden tampoco lo tienen sencillo. Y en muchos países se pueden acabar repitiendo las escenas que se viven estos días en las cadenas británicas, donde las estanterías vacías se han convertido en estampa habitual. «No vamos a estar como en el Reino Unido. Pero muchas empresas van a sufrir para que la mercancía del Black Friday y de Navidad llegue a tiempo. Quien no haya embarcado ya en Asia corre un gran riesgo de quedarse en el mar», explicaba a la agencia Colpisa Arturo Miguélez, agente de la naviera taiwanesa Evergreen para el norte de España.

El panorama que dibuja este experto es bastante preocupante. Asegura que los fletes se han multiplicado por diez, los puertos están congestionados y son menos productivos como consecuencia del desorbitado incremento de la demanda y las restricciones que ha traído aparejadas la pandemia. El resultado: los mercantes transitan con más retraso que nunca. De hecho, añade, la puntualidad en el transporte marítimo ha caído del 80 % en el 2019 a poco más del 30 % en la actualidad, y los buques acumulan una demora media de 8 días, el doble que antes de la pandemia.

La suma de todos estos factores amenaza una de las campañas comerciales más relevantes de todo el año. Y Miguélez lanza un aviso a todos los consumidores: «La inflación va a ser galopante». Al otro lado del globo, Xavi Sanz, director de Across Logistics en Hangzhou, argumenta: «Toda la gente que se haya quedado sin embarcar antes del día nacional de China -el pasado día 1-, tendrá que esperar a hacerlo entre el 15 y el 30 de octubre, que es muy tarde para la campaña de Navidad», comenta, antes de señalar que, aunque esta es una situación que se repite cada año, ahora se ha agudizado notablemente.

Faltarán algunos productos

Muchos todavía recuerdan la odisea que supuso hace un año hacerse con una PlayStation 5. Una hazaña que continúa a día de hoy. Desde su lanzamiento, en noviembre del 2020, Sony es incapaz de mantener el stock de esta consola duramente mucho tiempo. La escasez de semiconductores solo permite reponer pequeñas cantidades de esta máquina.

Pero el caso de la PlayStation 5 no será aislado en la campaña navideña de este año. Los regalos que repartirán Papá Noel y los Reyes Magos llegarán más tarde de lo habitual y en muchos casos ni tan siquiera llegarán a tiempo. Fuentes del sector de la distribución descartan que se vaya a producir un desabastecimiento generalizado, pero sí reconocen que pueden faltar algunos regalos: «Hay un problema serio en la logística mundial que está beneficiando a las cuentas de las navieras a costa de los consumidores, pero confiamos en que no se convierta en una crisis como la de los chips».

Tampoco ayuda a mejorar la situación los males que padece el sector logístico en España. Los camioneros llevan ya un tiempo advirtiendo que la falta de mano de obra en el sector del transporte puede acabar también provocando problemas de suministro en supermercados y otros comercios. Las asociaciones advierten que en España hacen falta 15.000 camioneros -2.000 de ellos en Galicia- y que las consecuencias de este agujero en las plantillas puede empezar a notarse muy pronto. Según explica Juan José Gil, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), «durante los próximos meses se pueden producir problemas y tensiones de suministro debido a la gran demanda que se registra en unas pocas semanas y la escasez de personal que arrastramos ya desde hace mucho tiempo».

Falta de mano de obra, inflación y escasez de materiales se han convertido en la tormenta perfecta que puede acabar aguando la Navidad y lastrando la recuperación económica.

La venta de ordenadores también sufre un frenazo por la falta de componentes

Tampoco el sector tecnológico escapa a la falta de componentes. Según un estudio publicado ayer por la consultora Canalys, las ventas de ordenadores crecieron un 5 % en el tercer trimestre del año, hasta alcanzar los 84,1 millones de unidades. Por mucho que la cifra venga teñida de verde y presente cifras ascendentes, los números no son muy halagüeños. Porque este es el primer trimestre de los últimos seis en el que las ventas no aumentan a doble dígito. Y según explican los expertos, detrás de este frenazo se encuentra, una vez más, el deterioro de la cadena de suministros. Con todo, las cifras continúan siendo altas, ya que suponen un crecimiento del 9 % respecto al mismo período de 2019.

Según explicó Ishan Dutt, analista sénior de la consultora, en Asia algunos países todavía siguen padeciendo las restricciones industriales para poner coto a la expansión del coronavirus. Esto, sumado a la ralentización del transporte global están lastrando el despegue de la venta de ordenadores. Y las cosas no tienen visos de mejorar. Porque Dutt, que calcula que la escasez se mantendrá hasta bien entrado el 2022, vaticina que muchos consumidores se encontrarán con pedidos que se quedarán sin satisfacer durante estas Navidades.

Por su parte, el director de investigación de Canalys, Rushabh Doshi, destaca que no existen «fórmulas mágicas» para adaptarse a la cadena de suministros, pero cree que el mercado seguirá siendo «robusto».