Ómicron fuerza el cierre de negocios en Galicia

Cristina Porteiro
C. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS CREO

Las empresas denuncian «picaresca» en las bajas y los sindicatos, errores en la tramitación

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia despidió el mes de diciembre con 24.100 bajas laborales, según estimaciones de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (Amat). Esas cifras se han disparado en las dos primeras semanas del 2022 con la propagación de la variante ómicron. Según la Xunta, la comunidad registra entre 7.000 y 8.000 nuevas bajas cada día, un auténtico aluvión que ha puesto en aprietos a grandes y pequeñas empresas que tienen a una parte de sus plantillas incapacitada por coronavirus.

Las grandes cadenas de distribución fueron las primeras en dar la voz de alarma. «Que de 15 personas en un supermercado solo puedan trabajar siete es un problema», resume el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites. Ómicron se ha propagado por todos los eslabones de la economía, desde el transporte —donde ya sufren la falta de relevo generacional—, a la logística, el comercio, los servicios y la hostelería. Casi no queda oficina, tienda o fábrica sin contagiados. Sus gerentes han tenido que buscar alternativas. Las compañías de más tamaño están echando mano de la bolsa de trabajadores a la que recurren para cubrir incapacidades temporales. Las más modestas, las pymes, lo están teniendo más difícil. Según explica Vieites, algunas recurren a las empresas de trabajo temporal (ETT), pero a otras no les queda más opción que doblar turnos, aplazar actividades o directamente cerrar — cuando no cambian de actividad—, porque los costes laborales de contratar a un eventual son más gravosos que la caída de la facturación esos días de baja. «En nuestra clínica hemos tenido que doblar turnos porque hubo varios contagios simultáneos», asegura una sanitaria.

Las plantillas merman, y las bajas se alargan más de lo previsto por la saturación de los centros de salud. Los médicos de cabecera tienen que hacer los trámites y no dan abasto. «Entre que el trabajador tiene síntomas, hace la prueba, lo comunica a la atención primaria y dan el parte de baja, pasan cuatro o cinco días de incertidumbre. Muchos no saben si están cubiertos legalmente y entran en pánico», señala el responsable de salud laboral de Comisiones Obreras (CC.OO.), Armando Iglesias, quien confirma que las bajas multiplican por cuatro las que había a estas alturas hace solo un año.

Vieites apunta que esta situación de colapso sanitario ha abierto la puerta al oportunismo: «Ha habido cierto descontrol y la picaresca siempre está sobre la mesa», recuerda al invocar bajas que se alargan más allá de lo razonable. Para atajar las trampas y agilizar el funcionamiento, insiste en modificar la normativa estatal para permitir la colaboración de mutuas y médicos de empresa en la tramitación. «Estamos sufriendo mucho. Los supermercados han tenido problemas para despachar a los clientes y en las empresas industriales, lo mismo. Tienes programados trabajos y no te llegan los trabajadores, nadie sabe cuándo van a venir y se alarga en el tiempo. No puedes andar llamando al trabajador a casa. Esto lo que hace es acomodar mucho a la gente», lamenta.

Iglesias rechaza de plano esa lectura que hacen los empresarios: «Es incierto totalmente. Sí es cierto que no nos correspondería como trabajadores autodiagnosticarnos, pero si yo acudo al médico de cabecera y finjo una dolencia, me puede dar la baja laboral, no hay ahora mayor picaresca que la que pueda haber en una situación normal. Esa posibilidad existe siempre, no se incrementa ahora porque estemos con el covid», apostilla.

No solo eso. El sindicato advierte de que se podrían estar produciendo abusos contra los trabajadores en negocios donde se fuerza a un empleado a trabajar con síntomas: «Suele pasar en la pequeña y mediana empresa, en comercios y hostelería, donde no hay sindicalización alguna. El trabajador ahí tiene mucho desconocimiento de los protocolos en caso de contagio o convivencia con un contagiado [...] Sí que sucede».

En lo que empresas y sindicatos coinciden es en la necesidad de poner en marcha cuanto antes el sistema de baja y alta simultánea que la Xunta confía en desplegar esta misma semana.

Mala «praxis»

Una de las sorpresas con las que se han encontrado algunos trabajadores de baja es que le han recortado la nómina más allá de lo previsto. ¿Qué ha pasado? Iglesias explica que, por desconocimiento, mala praxis o por desbordamiento, algunos médicos están dando bajas laborales comunes en lugar de bajas por accidente de trabajo. Eso implica que los afectados no cobran nada en los tres primeros días sin trabajar. Del cuarto al vigésimo primer día perciben un 60 % de su salario base y un 75 % en adelante, cuando deberían estar cobrando el 75 % desde el día uno. «La diferencia es importante. Sobre todo porque son bajas de un período corto de tiempo. Hay una pérdida económica clara», señala Iglesias antes de recomendar que acudan al médico de cabecera para solicitar una rectificación.

MARCOS CREO

«Tivemos que pechar a confeitería e na construtora haberá retrasos nas obras»

a. gerpe

En su doble faceta de empresaria, la sexta ola del covid está afectando a la vecina de Noia Yanira Somoza, confinada: «Tivemos que pechar a confeitería e na empresa de construción hai un goteo de positivos que vai afectar ao prazo de execución das obras», asegura.

La dulcería A Roufana, que regenta con su madre y en la que trabajan cuatro personas, tuvo que cesar ayer su actividad al haber dado positivo su progenitora. No hay indicios de que el resto del personal esté afectado, pero «ao tratarse dun negocio de alimentación consideramos que era o mellor [...] Durante os vindeiros sete días non abrirá as portas», explica Somoza.

Mantiene una empresa de construcción con su marido, Pavimentos Noia, y otras vinculadas al sector mediante el alquiler de maquinaria: «A semana pasada tivemos a un mecánico afectado e non había substituto. O luns faltou un traballador porque se atopa mal. Aínda que no test deu negativo, por responsabilidade tampouco veu onte. Non é o primeiro caso que despois é positivo».

Hasta el momento son cinco los trabajadores que se han visto afectados por el covid y Somoza manifiesta que «condiciona o desenvolvemento da actividade. Coa demanda de traballo que temos fannos falla todos e máis». Los positivos condicionan la organización de los grupos de trabajo: «Desaceléranse todas as obras». Por ahora no han tenido que suspender ninguna de las actuaciones en marcha. Somoza, que desempeña labores administrativas en las empresas, teletrabaja: «É unha sorte. Hai moitas cousas que podo facer dende a casa. O que sexa imposible terá que agardar ata que volva».

CESAR TOIMIL

Víctor Doce: «Perdí los diez días de la mejor campaña del año. Fácilmente, el 50 % de la caja de Navidad»

c. elías

A Víctor Doce, de la tienda ferrolana de artesanía Orixe, el positivo por coronavirus le pilló por sorpresa y lo obligó a cerrar el negocio en «el mejor momento del año».

«Di positivo el 24 de diciembre y la tienda estuvo cerrada hasta el 3 de enero porque no tengo ningún trabajador y no pude contratar a nadie de un día para otro», explica. Tenía «buenas expectativas» para las Navidades porque las compras empezaron «muy pronto», aunque «muy espaciadas». «Por cifras de otros años parecía que la campaña iba igualarse a los de antes de la pandemia, pero al final perdí enteros los diez días de la mejor campaña del año. Fácilmente, el 50 % de la caja de Navidad», explica Doce.

No sabe cómo contrajo el virus. Recuerda que lo llamaron para realizarse un antígenos aleatorio. «No tenía ningún síntoma así que no contaba con ser positivo. Encima mi mujer tampoco fue a trabajar porque tuvo que cuidar de mi hijo, que no estaba vacunado», recuerda. Cogió todavía la cuarentena de diez días durante los que la tienda se mantuvo cerrada. «Soy autónomo, aún no sé si me dan algo por la baja, pero lo que me den no va a parecerse, ni de lejos, a lo que ganaría en esos diez días», lamenta.

Advierte de que la inactividad durante ese período afectará al negocio este año. «La Navidad supone salvar el mes de enero y febrero, para mí, el peor del año, el único en el que cogía unos días de vacaciones. Y para las compras de material de primavera tendré que hacer números», reconoce. No obstante, intenta ser optimista con lo ocurrido y destaca que, al menos, al conocer que era positivo ya no se juntó con su familia.