¿Y si se detiene el suministro de gas ruso?: racionamientos y recesión en la eurozona

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

HANNIBAL HANSCHKE | REUTERS

El MEDE cree que es un escenario «muy probable» e insiste en reducir en un 15 % la demanda de los hogares para no paralizar las industrias

10 ago 2022 . Actualizado a las 17:36 h.

Los edificios públicos y los negocios en España han apagado por primera vez sus luces en la madrugada de este miércoles. El gesto forma parte del plan pactado en la Unión Europea (UE) para reducir el consumo energético y ahorrar gas. Además, los termostatos no deberán bajar de los 27 grados en verano ni subir de los 19 en invierno. 

Nadie sabe qué pasará hasta la llegada del invierno, pero urge fiscalizar hasta el último kilovatio. Es el mensaje que ha trasladado este miércoles el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) en un informe donde admite que «es muy probable que se detengan por completo las importaciones de gas desde Rusia», por eso insta a los países a reducir de forma persistente un 15 % la demanda de gas de los hogares. ¿Con qué objetivo? «El plan de ahorro europeo puede ayudar a evitar en gran medida un mayor racionamiento en invierno, pero solo si se reduce el consumo total de gas de los hogares y los negocios», señala el organismo.

Sin embargo, será insuficiente para compensar el corte total en el suministro ruso o para evitar el racionamiento en algunos países si se produce un corte parcial. De producirse este mismo verano un bloqueo total de los gasoductos -el Nord Stream que alimenta a Alemania solo bombea al 20 % de su capacidad-, los expertos del MEDE calculan que las reservas totales se agotarían a finales del 2022, ocasionando un racionamiento temprano a principios del 2023 y desencadenando una grave recesión en la eurozona. ¿Por qué? 

Crisis económica y desempleo

Según explican en el informe, en caso de no disponer de gas suficiente en las reservas, la Unión Europea (UE) cuenta con un plan de acción para priorizar el consumo doméstico -electricidad y calefacción-. «Esto implicaría un cierre parcial o incluso total de la producción de los sectores intensivos en energía, lo que afectaría negativamente al empleo», alerta el documento. El propio mercado, donde el precio podría dispararse todavía más, podría obligar a muchas industrias a apagar motores y cerrar sus puertas temporalmente. Y hay cifras que ponen relieve el grave impacto que ocasionaría un corte total en la economía de la zona euro: el PIB llegaría a desplomarse un 1,7 %. 

Los países más afectados serían Austria, Bélgica, Alemania e Italia. El PIB alemán y el italiano sufrirían recortes del 2,5 % respecto a lo previsto. Las pérdidas económicas que encajarían Francia y España, mucho menos dependientes del hidrocarburo ruso, serían inicialmente marginales, aunque no tardarían en notar los efectos de la recesión a través de las cadenas de suministro y las relaciones comerciales.