Galicia se aprieta el cinturón energético para evitar apagones en invierno

Redacción LA VOZ

ECONOMÍA

Sandra Alonso

El sector servicios empieza a aplicar un plan para reducir la demanda de gas

10 ago 2022 . Actualizado a las 20:20 h.

Con dudas y preocupación ha comenzado a aplicar el sector servicios el plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno para cumplir el compromiso con la Comisión Europea de reducir el consumo de gas un 7 % en los próximos meses y prepararse así ante un más que probable corte del suministro del hidrocarburo ruso a finales de este año. Si ese grifo deja de manar definitivamente podrían producirse restricciones en el abastecimiento en toda Europa y los países empiezan a prepararse para ello.

La Comisión Europea ha recomendado a los Estados miembros una «reducción voluntaria de la demanda» entre el pasado día 1 de agosto y el 23 de marzo del 2023, que el Gobierno ha convertido en obligatoria para los negocios del sector terciario y que ha extendido hasta el 1 de noviembre del año que viene. Pero Bruselas también la hará obligatoria para todos los países de la UE si se declara la alerta por el fin de los suministros rusos. Si así ocurriera, las restricciones podrían llegar al consumo energético de las industrias y en última instancia, de los hogares. Para preparar la situación, los países deben presentar antes del próximo 1 de octubre una actualización de sus planes nacionales de emergencia, que detallan el modo de actuar en caso de interrupción del suministro eléctrico. Los primeros que experimentarán las restricciones serán grandes consumos, como los industriales. Ese es el peor de los escenarios.

Antes de que la sangre llegue al río, el Gobierno ha optado por conminar a los negocios a que se aprieten el cinturón: a que limiten la temperatura dentro de los locales —el aire acondicionado no puede estar a menos de 27 grados como norma general— y a que apaguen los escaparates. Galicia lo ha hecho, con mayor o menor éxito. Las restricciones afectan también a los edificios públicos, pero no a las industrias o a los hogares.

En A Coruña, la entrada en vigor de estas medidas no pilló por sorpresa a muchos negocios que ya llevaban tiempo apagando sus escaparates cuando llega la noche para tratar de abaratar la factura de la luz, disparada desde hace un año.

En Santiago, la preocupación y las dudas sobre la nueva normativa de ahorro energético marcaban la primera jornada de aplicación. Una medida polémica, la del apagado de escaparates, por la sensación de inseguridad que podría crear en algunas zonas, especialmente en el casco histórico, en las que el alumbrado público no sería suficiente, tal y como apuntaban trabajadores de la zona. En cuanto a los negocios de hostelería, poder reducir la temperatura del aire a 25 grados, no convence al sector, puesto que la mayoría de propietarios defendían la necesidad de tener en cuenta variables como el tamaño del local. En otras zonas, como la Costa da Morte, tanto los establecimientos comerciales como los ayuntamientos consultados avanzaron que, o bien carecen de aire acondicionado, o bien lo tienen apagado estos días de calor y buen tiempo en la comarca. Los empleados trabajan a temperatura ambiente, con el aire acondicionado apagado y con las ventanas abiertas.

Por su parte, la patronal CEOE reclamó al Gobierno más diálogo con los sectores afectados y pidió evitar «la proliferación de medidas que generen confusión y desconcierto entre las empresas». También instó a impulsar «medidas y mecanismos de apoyo a la industria en su conjunto y, en especial, a la del gas y la electro intensiva».

Las empresas de la moda critican una norma coercitiva con multas desproporcionadas

La Confederación de Empresas de la Moda de España, que aglutina a las entidades más representativas del sector en toda su cadena de valor (diseño, confección, fabricación, distribución y venta), no está conforme con el plan de ahorro energético, que califica de «norma coercitiva, con multas desproporcionadas». Aunque su secretaria general, Carmen Torres, precisa que están de acuerdo en que hay que ahorrar, pues «los que pagan las facturas son los empresarios, no el Gobierno». Sin embargo, critican que se hayan impuesto unas medidas sin contar con los sectores y que estas, por ejemplo, no tengan en cuenta la diferencia climatológica en las distintas zonas de España. Así, «no son lo mismo 27 grados de aire acondicionado en Andalucía que en Castilla y León o Galicia, ni tampoco cuando en invierno se tenga que poner el termostato como máximo a 19 grados», resalta Torres.

La confederación, además, observa contradicciones en el plan con otras normativas. «Se nos está pidiendo la renovación de aire de los locales por temas sanitarios y ahora quieren obligarnos a mantener las puertas cerradas. ¿Cuál de las dos normas es la que impera?», se pregunta Carmen Torres. La portavoz de Moda España aclaró que aquellos negocios del sector donde la actividad se considere moderada también podrán acogerse a una excepción del plan y reducir el aire acondicionado hasta los 25 grados, en lugar de los 27 que se fijan como normal general. Además, Torres destacó que los rótulos sí que podrán mantenerse encendidos.

La Xunta acusa al Gobierno de querer apagar el pequeño comercio

El conselleiro de Economía, Francisco Conde, acusó al Gobierno de «apagar industrias durante anos e agora quere facelo co pequeno comercio». La Xunta pidió, sin éxito, la retirada de las medidas para consensuarlas con las empresas y las comunidades. Conde denunció que el plan de ahorro impactará en sectores ya muy ahogados por el precio de la electricidad y la inflación.

Información de Lucía Blanco, Toni Longueira, Elena Silveira, N. Guillermo y F. Fernández