Reír y llorar, dos caras del mismo cerebro

PAtricia Barciela

ESCUELA

ROBERT GHEMENT | EFE

En la naturaleza, pocas especies expresan emociones como los humanos

12 nov 2025 . Actualizado a las 09:37 h.

Reír y llorar son, quizá, las expresiones más humanas que existen. Desde los primeros meses de vida, los bebés ya las utilizan para comunicarse, y los adultos seguimos haciéndolo, aunque a veces intentemos disimularlo. Pero ¿alguna vez te has preguntado por qué podemos pasar de la risa al llanto en un instante? Un nuevo estudio del Instituto Max Planck sugiere una respuesta sorprendente: reír y llorar activan casi las mismas zonas del cerebro.

Durante la investigación, los científicos utilizaron resonancia magnética funcional para observar qué ocurría en el cerebro de las personas mientras veían escenas divertidas y tristes. En ambos casos se activaban las mismas regiones: la amígdala, que gestiona las emociones intensas; la ínsula, que nos ayuda a ponernos en el lugar de los demás; y la corteza prefrontal medial, donde interpretamos el significado social de lo que sentimos. Esto sugiere que la risa y el llanto no son opuestos, sino dos respuestas de un mismo sistema emocional que evolucionó para fortalecer los lazos entre personas. 

Expresar emociones

En la naturaleza, pocas especies expresan emociones como el ser humano. Algunos animales, como los chimpancés o las ratas, pueden emitir sonidos similares a la risa, pero ninguno combina emoción, gesto y empatía como hace de forma natural el ser humano. Los investigadores creen que este circuito compartido ofreció una ventaja evolutiva: reír juntos ayudaba a cooperar y llorar despertaba la compasión y el cuidado del grupo.

Ambas reacciones liberan oxitocina y endorfinas, hormonas que reducen el estrés y refuerzan la confianza. Dicho de otro modo: reír y llorar nos hicieron una especie más unida, capaz de sobrevivir gracias al apoyo mutuo.

Este hallazgo también ayuda a entender por qué el arte, el humor o el cine nos conmueven tanto. Una película triste o un chiste inesperado estimulan el mismo sistema de conexión emocional. Cuando algo nos emociona, el cerebro no solo reacciona: busca compartirlo. Por eso lloramos juntos en una despedida o reímos más en grupo que a solas frente a una pantalla. Es como si reír y llorar fueran, al fin y al cabo, dos formas de decir lo mismo sin palabras: «Estoy contigo».

Para pensar en clase

  • En público. ¿Por qué crees que los seres humanos necesitamos expresar las emociones en público?
  • Base biológica. ¿Qué otras conductas humanas te parece que podrían tener una base biológica parecida?
  • Y si no pudiéramos... ¿Cómo crees que cambiaría nuestra vida si no pudiéramos reír ni llorar?

Patricia Barciela es divulgadora científica.