A Zapatero le salen las cuentas

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Con el paro en mínimos históricos y el crecimiento de la economía por encima de las previsiones iniciales, el jefe del Ejecutivo busca ahora movilizar al electorado.

30 jul 2007 . Actualizado a las 11:11 h.

Segundo fin de semana con multitudinario entierro de personalidad en Madrid: el anterior, Jesús de Polanco, el editor en lengua castellana, y éste, Gabriel Cisneros, redactor de la Constitución y hombre que se hacía querer. Basta contemplar las fotografías del abrazo emocionado de la ministra Carme Chacón con las dos hijas del fallecido para entender que el sentido de la amistad de Cisneros no lo limitaba la ideología.

Sólo se echó en falta a algún representante de la familia real, aunque los Reyes hubieran estado tan afectuosos con Gabriel Cisneros el pasado 14 de junio en el Congreso. Enviaron dos telegramas, los Reyes y los Príncipes, pero pareció escaso homenaje a un padre de la patria.

En cualquier reunión de carácter institucional, empresarial, festivo o incluso fúnebre se comenta la marcha de las cosas con la vista puesta en las elecciones de marzo del 2008. Y el comentario más generalizado ahora es que a Rodríguez Zapatero le van saliendo las cuentas.

Eso no quiere decir nada definitivo, porque basta un apagón en la ciudad gafe de Barcelona ?el Carmel que se hundió, las pistas del aeropuerto de El Prat invadidas el verano pasado o las crisis de los trenes de cercanías que se repite casi a diario? para que todo se tambalee. Y para que la abstención, verdadero peligro para ZP, se consolide.

Por no hablar de ETA. En cualquier momento puede llegar un disgusto ?al fin y al cabo llevamos cuarenta años con esa pesadilla?, pero las últimas semanas las detenciones se suceden y no parece que se detenga a gente de a pie, como dijo prudentemente Rubalcaba.

Las cuentas en economía van mejor porque tenemos el índice de paro más bajo desde hace 30 años, aunque es verdad que los jóvenes se llevan la peor parte. Y la previsión de crecimiento para final de año supera en dos décimas a la inicial del Gobierno a pesar del frenazo inmobiliario.

Obras urgentes

Por tanto, bien por ahí. Pero, aun así, Rodríguez Zapatero ha ordenado hacer obras urgentemente en su partido, empezando por Madrid y Valencia. En Madrid, los socialistas tienen un agujero y desde que mandaba Joaquín Leguina siempre han ido de mal en peor. El viernes eligieron por abrumadora mayoría a Tomás Gómez, alcalde de Parla, el más votado de España, nuevo líder regional. No quiso pactar con las familias socialistas y eso le dio votos, quedando los restos del guerrismo, que encabeza Acosta, fuera de la dirección.

Veremos qué pasa, pero tradicionalmente en el PSOE se ha dicho que los avisperos los tenían en Madrid, Zaragoza, Valencia y Vigo. Recuerden que, en tiempos, en Zaragoza había tantas fracciones enfrentadas que Alfonso Guerra llegó a decir: «Zaragoza es Beirut».

Para levantar Valencia, Zapatero considera la posibilidad de enviar como cabeza de lista a la vicepresidenta De la Vega, que da en las encuestas mejor que él mismo, lo que no parece complacerle demasiado, según ha trascendido. Si De la Vega es número uno por Valencia, el PP desenfundará a Rita Barberá, arma electoral de gran calibre, alcaldesa de la ciudad que pulverizó recientemente las aspiraciones de Carmen Alborch.

Pero además de reanimar Madrid y Valencia, el Partido Socialista necesita que no se le duerman sus caladeros de votos tradicionales, que pasan por Cataluña y Andalucía. Pensando en Cataluña ya nombró a Carme Chacón, consciente de que Joan Clos como cabeza de lista no le iba a mover el electorado. Pero el apagón, la crisis de los trenes, el novel alcalde Jordi Hereu que no ha salido precisamente reforzado de este último chispazo, etcétera, hacen que el propio presidente haya decidido bajar a la arena y viajar a Barcelona este mismo miércoles a dar la cara, con el riesgo de que alguien prefiera partírsela.

Fin de la etapa Piqué

Entretanto, en el PP hay un indicio de rumorología que no debiera pasarse por alto. Rajoy acudió también a Barcelona a dar por concluida la etapa Piqué con notable éxito entre los militantes, a excepción de algunos, como el presidente provincial de Lérida, que ha preferido dimitir.

En el Partido Popular no se puede decir que pase nada especial, pero la sensibilidad está muy alta. El anuncio de la incorporación del ex ministro Juan Costa, seguidor de Rodrigo Rato, y la emisión en el canal Telemadrid de una larga entrevista con el todavía director del Fondo Monetario Internacional ya inquietó a algunos. Es una época de echar cuentas en todas las casas. No se vive para otra cosa.