El rey se somete hoy a una operación que puede tenerlo un mes de baja

Manuel Costoya
Manuel Costoya REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Atlas

Será intervenido de una antigua hernia discal que le provoca fuertes dolores

03 mar 2013 . Actualizado a las 17:38 h.

«Otra vez, otra vez...», ha dicho el rey, sonriente, a su llegada a la clínica madrileña (11.40) a los numerosos periodistas que se agolpaban a la puerta del hospital.

Ha sido una sola frase, apenas perceptible en medio del bullicio por la expectación que ha creado la aparición del monarca, en un todoterreno de color oscuro.

El rey pasará este domingo por el quirófano por cuarta vez en los últimos once meses, tras las tres intervenciones de cadera a las que se sometió en el 2011. Un equipo dirigido por el neurocirujano José Manuel de la Torre Gutiérrez operará al monarca de una antigua hernia discal en la columna lumbo sacra y la estenosis de canal que padece, una intervención que puede mantener a don Juan Carlos un mes de baja, según las estimaciones médicas. La decisión de intervenirlo fue «muy meditada», según justificó la Casa Real, después de que los problemas de movilidad del rey se hiciesen evidentes en los últimos meses y lo obligasen a caminar ayudado de muletas desde el pasado 23 de noviembre, cuando fue intervenido por última vez de su cadera.

«Otra vez, otra vez...»

El equipo médico de la Casa Real aconsejó a don Juan Carlos regresar al quirófano para intentar aliviar los fuertes dolores que padece al caminar, originados por la pérdida de las propiedades elásticas de los discos que existen entre lo que técnicamente se conocen como las vértebras L4 y L5, y que amortiguan los movimientos de la columna. Además, el rey padece una estenosis de canal, es decir, un estrechamiento del orificio por donde pasan las raíces nerviosas. Todo ello le provoca frecuentes dolores, limitaciones al caminar y un constante hormigueo en los pies, lo que se conoce como el síndrome del escaparate.

Dolencia frecuente

La intervención a la que se somete hoy pretende solucionar esta dolencia, bastante frecuente en las personas de la edad del rey, que cumplió el pasado 5 de enero 75 años. «La operación no es especialmente compleja para equipos con experiencia, pero sí delicada», explica Juan Manuel Villa Fernández, jefe del servicio de Neurocirugía del Complejo Universitario Hospitalario A Coruña (CHUAC). El rey ingresará en el hospital madrileño de la Milagrosa esta mañana. Se le realizarán varias analíticas, electrocardiograma, placas y una valoración preanestésica antes de la intervención quirúrgica, en la que estarán al menos un cirujano principal, su ayudante, un anestesista, una enfermera y un técnico en rayos. Entre las diversas técnicas que se pueden utilizar en esta intervención, lo más probable es que el equipo médico opte por descomprimir todo el canal afectado y liberar las raíces nerviosas, extirpando la parte del hueso que ha crecido. Para evitar el debilitamiento de la columna se le colocarán unos tornillos en las vértebras, que se conectan entre sí mediante barras.

El monarca recibirá anestesia general para afrontar esta operación, que tendrá una duración de entre dos y tres horas. Tras finalizar la intervención se le ingresará en el servicio de reanimación, donde se le someterá a una vigilancia intensiva. Si no surgen problemas, lo más probable es que don Juan Carlos pase en planta su primera noche en el hospital. Un día después, el equipo médico someterá al rey a una revisión exhaustiva. Lo habitual es que el paciente ya se levante y comience a caminar, ayudado por unas muletas. Si todo evoluciona según lo previsto, el monarca no pasará más de cinco días en el hospital antes de recibir el alta.

A pesar de tratarse de una zona sensible, las complicaciones que entraña una operación de estas características son poco frecuentes. «Pueden ser la lesión de las raíces nerviosas, que podrían implicar pérdida de fuerza o sensibilidad, la presencia de una fístula de líquido cefalorraquídeo, la infección o la aparición de un hematoma en la zona operada.

La cirugía, de todas formas, es segura y efectiva: los pacientes mejoran del dolor y recuperan capacidad funcional en poco tiempo consiguiendo una mejor calidad de vida», explica el neurocirujano Juan Manuel Villa. A lo que sí se deberá someter el monarca es a una intensa rehabilitación que lo tendrá apartado al menos un mes de su actividad pública. En el caso del rey, esta puede ser más complicada que en otros pacientes, debido a la media docena de intervenciones que ya se le han realizado por problemas de rodilla, cadera y pelvis.