Las pruebas de ADN confirman que el imán murió en la explosión de Alcanar

R. G. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Los atropellos hicieron saltar el airbag y bloquearon la furgoneta de las Ramblas

22 ago 2017 . Actualizado a las 07:22 h.

Ayer quedó despejada una de las incógnitas que sobrevolaban sobre la investigación, el paradero del imán de Ripoll y presunto cerebro de la célula yihadista. Abdelbaki Es Satty murió en la deflagración del chalé del municipio tarraconense de Alcanar del pasado miércoles. «Los restos del imán estaban allá» y así lo confirmaron las pruebas de ADN, desveló el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero.

Las fuerzas de seguridad habían encontrado a primera hora la furgoneta en la que se desplazaba Abdelbaki Es Satty a 15 kilómetros de la vivienda abandonada de Alcanar que servía de base de operaciones del grupo yihadista durante los últimos meses. Un hallazgo que incrementó las sospechas de que los restos del religioso estaban debajo de los escombros, junto al centenar de bombonas de butano y metano que habían almacenado los terroristas para elaborar explosivos, entre ellos el triperóxido de acetona también conocido como la madre de Satán.

Trapero defendió la actuación de los Mossos y justificó que en un primer momento se sospechara de un laboratorio del narcotráfico y no de una base de yihadistas porque no se encontraron las bombonas, que estaban bajo los cascotes, y, en cambio, se halló acetona, «un componente que se utiliza en los laboratorios de tráfico de droga». Reclamó, por tanto, que «no se haga el juego sucio» de criticar la actuación policial y extraer ahora conclusiones que no se podían alcanzar en los primeros momentos con los datos que había. Admitió, aunque ya lo había hecho antes, que la explosión de Alcanar fue el catalizador de unos ataques previstos para unos días después y con intenciones mucho más mortíferas. Fuentes de la investigación tienen la convicción de que el plan consistía en cargar tres furgonetas con los explosivos para hacerlas detonar de forma simultánea en distintos puntos de Barcelona. Al no poder hacerlo, optaron por ataques más rudimentarios aunque también sangrientos.

Otro detalle que salió ayer a la luz, aunque no fuera por boca del mayor de los Mossos sino por fuentes de la investigación, fue la razón por la que se detuvo la furgoneta que conducía Abouyaaqoub tras recorrer 600 metros de las Ramblas de Barcelona. Según recoge La Vanguardia, el parón obedeció a la puesta en marcha del sistema de airbag por los continuos choques del vehículo con los peatones que arrollaba a su paso. El hinchado de estos balones internos bloqueó el sistema eléctrico de la furgoneta e impidió que continuara su macabra carrera.