La célula que atentó en Cataluña no tenía vínculos directos con el Estado Islámico

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

J. J. Guillén | efe

La cúpula yihadista evitó dar datos sobre los terroristas porque desconocía su trayectoria

08 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los atentados de las Ramblas y Cambrils tenían la firma del Estado Islámico. De hecho, el EI se apresuró a reivindicar como propio el atropello solo horas después del ataque en Barcelona. Sin embargo, tres semanas después, los servicios antiterroristas no han encontrado un solo indicio de que la célula de Ripoll tuviera «vínculos directos» con la cúpula yihadista , según recogen documentos de la seguridad del Estado que apuntan a la «inspiración» del EI, pero no a su «intervención».

Los análisis de los servicios de inteligencia coinciden con la conclusión expresada por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido: no fueron unos ataques «organizados por el comando central del Estado Islámico » en Siria, pero sí estuvieron «guiados desde fuera». Ni CNI, ni Guardia Civil, ni policía ni las agencias de inteligencia aliadas tienen constancia de «comunicaciones directas» entre la decena de miembros de la célula y los dirigentes del aparato militar del EI, que en la actualidad se encuentra disperso, a caballo entre Siria (en Raqqa, capital del autodenominado califato) y zonas fronterizas de Irak.

Los informes de los expertos de la seguridad nacional insisten en el hecho de que los canales habituales del EI no han publicado (como sí hicieron en el caso de atentados en Francia, Bélgica o Alemania) informaciones o vídeos inéditos de los yihadistas, remitidos por estos antes de los ataques a los jefes terroristas en Siria o Irak y en los que se juraba lealtad al Estado Islámico. Además, el estudio de las comunicaciones interceptadas desde el 17 de agosto al «comando central» del Estado Islámico y de sus comunicados públicos avalan la idea de que sus dirigentes no tenían «contactos» con los terroristas de las Ramblas y Cambrils y que «desconocían absolutamente» la existencia de esta célula, sus planes o quiénes eran sus componentes.

«Paraguas»

Los documentos de los servicios antiterroristas analizan hasta seis comunicaciones recientes del Estado Islámico para concluir que la célula catalana operaba «bajo el paraguas» del EI pero sin conexión con su aparato militar. La primera reivindicación, del mismo 17 de agosto, por parte del Estado Islámico no incluyó ningún dato desconocido ni la identidad del atacante de las Ramblas, como sí había hecho en otras ocasiones. Es más, tanto ese día como en la posterior reivindicación del 19, el Estado Islámico se hizo eco del falso ataque a un bar en las Ramblas regentado por judíos, lo que, según los analistas de Interior, prueba la «absoluta desconexión» entre la célula y la dirección del Estado Islámico.

Para los servicios antiterroristas, es «sintomático» que en el vídeo publicado el 23 de agosto, amenazando con más atentados, no se hiciera semblante alguno de los terroristas de Cataluña a modo de homenaje póstumo, una costumbre muy extendida. Simplemente no lo hicieron porque ni tenían material sobre ellos ni conocían su trayectoria.

La misma tónica siguen las comunicaciones posteriores. El 1 de septiembre, una nueva publicación del EI hacía un llamamiento a atacar en Europa y Estados Unidos siguiendo el ejemplo de los «hermanos» de Barcelona, sin citarlos por su nombre en ningún momento. La única referencia en ese nuevo comunicado fue al yihadista cordobés y a su arenga para recuperar Al Ándalus.

El 3 de septiembre, la tercera entrega de Knights of Lone Jihad (Caballeros de la Yihad Solitaria), en la que se llamaba a envenenar a los infieles, incluyó una fotografía del skyline de Barcelona, pero, una vez más, sin mención alguna a los miembros de la célula. El pasado miércoles, la cuarta entrega de esa serie, instando a los ataques nocturnos, recogía versículos del Corán en castellano, pero ni un dato nuevo sobre los terroristas de Cataluña, a los que ya ni siquiera se mencionaba.