El Gobierno responde hoy a la declaración unilateral de independencia de Cataluña

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

VTelevision

Puigdemont desoye todas las advertencias y firma junto a los 72 diputados de Junts pel Sí y la CUP un documento que proclama «la república catalana como Estado independiente»

11 oct 2017 . Actualizado a las 08:21 h.

«Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, asumo al presentar los resultados del referendo ante el Parlamento y nuestros conciudadanos el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república». El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, desoyó ayer todas las peticiones del Gobierno español, del Congreso de los Diputados, de toda la oposición en Cataluña, de todas las instituciones de la Unión Europea y de numerosos organismos internacionales y proclamó la independencia de Cataluña, aunque, en un intento de eludir las responsabilidades penales que ello conlleva y la respuesta política y judicial del Estado ante esa abierta violación de la Constitución, reclamó de inmediato «que el Parlamento [catalán] suspenda los efectos de la declaración de independencia» que acababa de hacer para que, «en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada».

Hoy, Consejo de Ministros

Pese a esa calculada ambigüedad, el Gobierno dio por hecho que había habido una ilegal declaración de independencia. El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, convocó en la Moncloa al líder del PSOE, Pedro Sánchez, para consensuar la respuesta a ese desafío, que se materializará hoy en un Consejo de Ministros extraordinario en el que la aplicación del artículo 155 de la Constitución está encima de la mesa. Rajoy se reunirá hoy también con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Sin aclarar el alcance de esas medidas, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, señaló que no se puede aceptar que se de validez a la ley catalana de referendo suspendida por el Tribunal Constitucional ni que se asuman como válidos los resultados de esa consulta ilegal. Explicó que Puigdemont ha sumido a Cataluña «en la mayor de las incertidumbres» con un discurso propio de «una persona que no sabe dónde está, ni a dónde va, ni con quién quiere ir», y rechazó también cualquier negociación o mediación internacional. Rajoy, comparecerá hoy en el Congreso para explicar los pasos políticos y judiciales que piensa dar ahora. A la espera de ello, ninguna instancia judicial tomó ayer medida alguna tras la sucedido en el Parlamento catalán.

La estrategia de Puigdemont, sin embargo, solo sirvió para romper el bloque independentista. Los antisistema de la CUP entendieron que no se había declarado la república independiente de Cataluña en la fórmula que ellos propugnaban y por eso no secundaron el emplazamiento del presidente de la Generalitat al Parlamento autonómico para dejarla en suspenso y se negaron a apoyar la apertura de cualquier proceso de diálogo, lo que implica que ahora mismo Puigdemont está en minoría en el Parlamento catalán.

«Hemos perdido una ocasión», dijo la diputada de la CUP Anna Gabriel, dejando clara la quiebra independentista. Esa ruptura se escenificó luego en la firma de un documento que proclama la constitución de la «república catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social» e insta a organizaciones internacionales a reconocerlo. Lo rubricaron los diputados de Junts pel Sí y la CUP, además de Puigdemont y el vicepresidente, Oriol Junqueras y la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell. La CUP se negó a firmar el texto inicial en el que se recogía la «suspensión de sus efectos». Pero, en otro intento de burlar las consecuencias judiciales, el documento que sí se firmó no se registró oficialmente en el Parlamento catalán, lo que le resta toda legalidad.