Los policías gallegos, agraviados porque el viaje les cuesta dos de seis días de permiso

MERCEDES LODEIRO BARCELONA / ENVIADA ESPECIAL

ESPAÑA

EFE

A otros les dan billete de AVE o de avión, y a ellos, de un tren que tarda quince horas

02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los agentes de los cuatro grupos de la Unidad de Intervención Policial (unos 180) de las bases de Vigo y A Coruña desplazados a Cataluña respiran más tranquilos, porque han recibido ya los primeros permisos, «pero la situación empieza a quemar», se queja un portavoz sindical de Vigo. Y es que, si bien el martes llegaron a sus casas en Galicia los primeros (seis por cada grupo de 50), que disfrutan de permisos de seis días después de más de 40 en la operación Copérnico en Barcelona, ahora se sienten agraviados por los traslados, ya que se los dan en tren, un viaje que dura 15 horas, por lo que los seis días de permiso se reducen en la práctica a cuatro.

Esa es una de las quejas del sindicato UFP, que no entiende por qué a algunos agentes de otras comunidades autónomas se les dio una orden de viaje, es decir, billete de ida y vuelta, en AVE o en avión, y a los de Galicia únicamente en ferrocarril, pese a que la distancia con Barcelona supera los mil kilómetros. Se sienten por ello perjudicados por la medida de la Dirección General de la Policía, ya que al final, para aprovechar el tiempo con sus familias, la mayoría se han pagado de sus bolsillos un billete de avión, encarecido porque se les ha avisado con pocos días de antelación, con lo cual las tarifas son más elevadas.

Pese a todo, los más perjudicados son los que tienen el relevo pendiente y les toca al final de la rotación. Y es que cada seis días solo se van seis de cada grupo de 50 a casa, con lo que a los del último turno les tocará descansar dentro de un mes.

¿Y cómo se han adjudicado los descansos? Pues los mandos solicitaron voluntarios. Les dijeron que si no se alcanzaba la cifra prevista por no ponerse de acuerdo, entonces se les obligaría, según comenta un agente de la UIP. Algunos de los antidisturbios consultados lamentan también que al irse de permiso «no se les respetará el camarote ni el compañero» con el que están en el Rhapsody, el barco anclado en el puerto de Barcelona en el que permanecen alojados. Esto los obliga a recoger sus pertenencias y hacer la maleta, con el consiguiente trastorno.

Y siguen las quejas: «¿Por qué cada una de las chicas de la unidad está sola en un camarote?», se pregunta el sindicalista. «¿Esto qué es? Machismo», se pregunta y se responde. Y continúa: «Tampoco entendemos por qué los subinspectores están cada uno en uno, cuando el alojamiento debe ser igual para todos», opina. «El que curra es el policía y todo esto empieza a quemar a algunos, porque la unidad de intervención policial es un cuerpo civil, no militar, y todos somos policías», dice.

Más quejas

Los agentes desconocen hasta cuándo se prolongará la operación Copérnico, nombre de la intervención en Cataluña, pero entienden que al menos hasta las elecciones del 21D. Mientras, siguen manifestando su desconcierto por conocer los cuadrantes del trabajo el mismo día de su ejecución. «No te puedes organizar ni para entrenarte. Sigue sin haber planificación, se hace sobre la marcha», lamenta un portavoz sindical de los antidisturbios. Y añade que hay grupos que no han cobrado nada de la gratificación anunciada, solo anticipos para gastos, mientras que a otros se les retribuyeron solo diez jornadas después de más de 40 días de servicio fuera de casa.

El enfado lo dirigen a la gestión del cuerpo. Denuncian que desde septiembre en Galicia no hay ningún grupo de la UIP (cuatro están en Barcelona y uno en Madrid). «Somos un cuerpo de actuación en graves calamidades y catástrofes y hubiéramos podido intervenir en los incendios, pero no había en Galicia ninguna unidad de intervención policial», revela.

Este colectivo también se siente agraviado respecto a los Mossos, por cuestiones salariales y de material. «Cubrimos servicios antiterroristas en Atocha o donde sea y no tenemos chalecos individuales y ellos sí», se queja.