La tensión pasa factura a las ventas de siete de cada diez comercios catalanes

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

JON NAZCA | REUTERS

Textil y restauración fueron los sectores más afectados en octubre, según la patronal

11 nov 2017 . Actualizado a las 10:04 h.

La tensión política desatada en Cataluña en octubre le ha pasado factura al pequeño comercio: siete de cada diez establecimientos vieron reducirse sus ventas. Esa es una de las principales conclusiones de la encuesta realizada por el observatorio de la patronal de pequeñas y medianas empresas de comercio (Pimec) entre sus asociados.

Sin embargo, Pimec hace una lectura optimista del estudio, ya que considera que el impacto negativo del contexto político en el comercio de la comunidad es coyuntural y que, por tanto, será pasajero.

El sector es optimista

La patronal señala que «la consulta, llevada a cabo sobre una muestra de 423 respuestas, refleja la confianza del sector en la recuperación económica a medio plazo, a pesar de la incidencia en las ventas y en la facturación que ha tenido el conflicto político».

Así, casi el 73 % de los encuestados creen que mantendrán sus ventas o que incluso las aumentarán en los próximos meses, ya que entienden que la tensión política es coyuntural, y aunque ha afectado negativamente a casi el 63 % de los preguntados, consideran que se resolverá.

El sondeo también revela que el descenso de las ventas en octubre, que el 61 % achacan a la tensión política, no fue homogéneo en toda Cataluña. Mientras que Gerona fue la provincia en la que menos impacto tuvo -más de un tercio de los encuestados aseguraron que no habían notado descenso alguno y que incluso habían vendido más-, Lérida se situó en el extremo opuesto, ya que más de la mitad de los comerciantes consultados registraron caídas notables de actividad.

Tampoco todos los sectores notaron con la misma intensidad la contracción del consumo. Textil y restauración fueron los más penalizados. En el caso del primero, la caída obedece tanto a la inestabilidad política como al retraso en la llegada del frío. Fuentes del sector textil consultadas explicaron que el retroceso de las ventas no se debe tanto a la decisión de la ciudadanía de no consumir como a la imposibilidad de hacerlo, ya que las protestas, manifestaciones y paros que se sucedieron el mes pasado hacían materialmente imposible el acceso a los establecimientos, independientemente de que secundaran o no los cierres.

El sector de la restauración, por su parte, sí notó el impacto de la escalada soberanista, ya que el 65 % de los encuestados confirmaron un descenso en la facturación. Sin embargo, se mantiene el optimismo respecto al futuro, puesto que el 90 % creen que en los próximos meses las ventas serán «iguales o mejores».

En hostelería y turismo más de la mitad de los preguntados negaron haber sufrido caída de ventas, aunque se muestran cautelosos sobre el futuro inmediato, que consideran «incierto».

Ni rastro de boicot

Otra de las conclusiones del sondeo es que la llamada al boicot a los productos y servicios catalanes no ha surtido prácticamente efecto, ya que casi un 93 % de los encuestados aseguraron no haber percibido rechazo.

Ante este escenario, y pese al impacto que el conflicto independentista tuvo en octubre en el comercio en Cataluña, Pimec considera que no es más que un «momento de transición» y que el problema se puede resolver en los próximos meses. Por ello, el presidente de la patronal, Àlex Goñi, reclama a los políticos que contribuyan a que se normalice la situación social y económica. «Si la economía de las pymes se debilita, muchas familias catalanas sufrirán. Por eso no compartimos algunas de las medidas propuestas, como no encender las luces de Navidad o convocar nuevas huelgas», manifestó.

El Gobierno media para que el Congreso de Móviles continúe

El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró ayer que el Ejecutivo ha mediado esta semana con los organizadores del Mobile World Congress (MWC) para asegurarse de que la prestigiosa feria de telecomunicaciones siga celebrándose en Barcelona más allá del 2018. Y es que la inestabilidad política podría acabar provocando su traslado tras la edición prevista para el próximo febrero.

«El Gobierno ha acudido esta misma semana a hablar con los organizadores para asegurarles la importancia de la recuperación del orden constitucional para que ese importantísimo congreso se siga celebrando en Barcelona», dijo Méndez de Vigo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Sus declaraciones se produjeron solo un día después de que la organización expresara su preocupación por la situación de Cataluña y advirtiera de que el evento necesita «seguridad y estabilidad política» y que podrían acabar yéndose si esas dos cosas no se recuperan.