Un informe del Real Instituto Elcano destapa que el Kremlin participó en la campaña de intoxicación

F. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

MIKHAIL KLIMENTYEV | EFE

Considera que tanto el soporte del Gobierno ruso como el de sus principales agencias de inteligencia han sido «necesarios»

15 nov 2017 . Actualizado a las 12:01 h.

El Gobierno asegura tanto en público como en privado que no tienen ninguna evidencia de que el Kremlin se encuentre detrás de la campaña de propaganda en Internet a favor de los independentistas catalanes en los momentos más difíciles del desafío soberanista. Sí tienen la confirmación de que muchos de los robots que trabajan en las redes sociales están localizados en territorio ruso, como el martes admitió Rajoy en una entrevista en la Cope, aunque por el momento se niegan a relacionarlo con injerencias por parte de la Administración Putin. Sin embargo, a raíz de las últimas investigaciones, parece justificado que algunos miembros del Gabinete comiencen a desconfiar en algún momento de la alargada sombra del dirigente ruso tras esos mensajes tóxicos.

Un análisis del Real Instituto Elcano sobre «la guerra de la información de Rusia en Cataluña» considera que tanto el soporte del Gobierno ruso como el de sus principales agencias de inteligencia han sido «necesarios» para llevar a cabo esta campaña.

Según se recoge en este documento, las herramientas empleadas por el Kremlin en Cataluña, un cóctel de «ciberguerra, ciberinteligencia, desinformación, propaganda y colaboración con actores hostiles a los valores de la democracia liberal», han sido exactamente las mismas que las utilizadas por Moscú en Siria y Ucrania, sus últimos dos grandes conflictos internacionales, con la salvedad de que en Europa, al tener la única pretensión de ganar capacidad de influencia debilitando la alianza, y descartando conquistas territoriales, esta estrategia informativa no ha sido acompañada de acciones militares.

Conexión Moscú-Barcelona

Uno de los aspectos a los que esta campaña dedicó más esfuerzos fue compartido con los independentistas, al acusar ambos reiteradamente al Ejecutivo central de emplear un uso desproporcionado de la fuerza y presentarlo como el heredero natural del franquismo. En sus acciones propagandísticas, Moscú y Barcelona también coincidieron en vender que, una vez que se declarase la independencia, Cataluña sería reconocida como un Estado propio por la mayoría de los países.

Moscú niega injerencia

El ministro de Exterior ruso, Serguéi Lavrov aseguró hoy que que no existen pruebas de la supuesta injerencia rusa en el proceso soberanista de Cataluña, calificó las acusaciones en ese sentido de «histeria» y las atribuyó a los problemas internos españoles. «Quizás esto se explique porque en las capitales de los países de donde llegan esas acusaciones, sea Madrid, sea Londres, no tienen resueltos plenamente sus problemas internos», dijo Lavrov, en conferencia de prensa.

Y agregó que «seguramente esa histeria sensacionalista la montan para distraer la atención de sus electores de la incapacidad de resolver esos problemas internos». También se pronunció sobre las acusaciones a Rusia el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien señaló que no existen pruebas. «Ni las autoridades españolas, ni la OTAN, ni los medios han presentado ningún argumento que merezca atención a favor de esas acusaciones, por eso consideramos infundadas estas afirmaciones que parecen ser la continuación de la misma histeria que actualmente existe en EEUU y algunos otros países», dijo Peskov a los periodistas.