Sánchez rectifica tras el varapalo y anuncia que presentará los Presupuestos en enero

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

PRESIDENCIA DEL GOBIERNO

Trata de aprovechar la irrupción de Vox para forzar al secesionismo a posicionarse

05 dic 2018 . Actualizado a las 12:08 h.

El PSOE está teniendo dificultades para digerir el inesperado batacazo en las elecciones andaluzas y su influencia en las perspectivas electorales de cara a las generales. Comprobada la pérdida de apoyos en el principal feudo socialista, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio ayer un nuevo giro para tratar de recuperar la iniciativa y anunció, en contra de lo dicho hace poco, que presentará los Presupuestos en el Congreso en enero, incluso sin tener asegurado el apoyo suficiente para sacarlos adelante. Su intención es aprovechar la irrupción de Vox en Andalucía para forzar a los independentistas catalanes a decidir si quieren poner en riesgo la continuidad de la legislatura abriendo la puerta a que la derecha gobierne en España o apoyar en el Congreso las medidas sociales que incluyen las cuentas públicas presentadas por su Gobierno.

Amenaza de adelanto electoral

«En caso de que no salgan adelante, el Gobierno tendrá que replantearse muchas cosas», respondió ayer en una entrevista en Telecinco cuando se le preguntó si adelantará las elecciones si no logra aprobar los Presupuestos. De cara a ese posible adelanto electoral, la estrategia de Sánchez es también extender el miedo al auge de la ultraderecha y arremeter contra el PP y Ciudadanos por su posible pacto con Vox para hacerse con la presidencia de Andalucía. Según aseguró, lo importante no es tanto que la extrema derecha entre en el Parlamento andaluz como el hecho de que va a «condicionar y radicalizar» el discurso del centroderecha.

Sánchez se resiste a admitir que su alianza con el independentismo catalán haya lastrado al PSOE en Andalucía. Aseguró que «la cuestión no es tanto la crisis en Cataluña como la falta de soluciones a la crisis en Cataluña», de la que culpó al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. El problema de ese posible adelanto electoral con el que amenaza Sánchez a sus socios de la moción de censura es que la prácticamente segura pérdida de la Junta de Andalucía ha reabierto en toda su crudeza su guerra interna con Susana Díaz. El líder del PSOE vio una oportunidad en esa derrota para librarse de su principal rival en el partido y le abrió la puerta a la dimisión tras su fracaso. Pero la andaluza se revolvió ayer culpando al jefe del Gobierno del fiasco por su política respecto a Cataluña.

Freno al acoso a Susana Díaz

El peligro de que el PSOE entre de nuevo en erupción a pocos meses de las municipales y autonómicas, y posiblemente de las generales, llevó a Sánchez a frenar claramente su acoso a la todavía presidenta andaluza. Si el lunes el secretario de organización, José Luis Ábalos, le enseñaba directamente el camino de salida, ayer el líder del PSOE aseguró que Díaz tiene «todo» su apoyo para «intentar, hasta las ultimas consecuencias, ser la presidenta de Andalucía». Horas antes, Díaz se había revuelto contra las presiones de Ferraz apuntando a la política de Sánchez sobre Cataluña como una de las causas del fracaso. «Yo siempre he pensado que teníamos que centrarnos en Andalucía y sus problemas. Pero a la vista de los resultados, tengo que reconocer que la que estaba equivocada era yo y Cataluña tenía mucho que ver en estas elecciones», señaló, enviando además de manera sutil el recado de que ella, al contrario que Sánchez, ganó las elecciones.

Ferraz cree que Díaz caerá

Pese a todo, en Ferraz están convencidos de que Susana Díaz está acabada y que acabará renunciando en cuanto compruebe que fuera del Gobierno de la Junta su poder es nulo. Pero, de momento, Díaz no tira ni siquiera la toalla. Ayer anunció que espera «entrar en el Parlamento como presidenta» y que se presentará a la investidura «siempre y cuando cuente con los apoyos necesarios». «Si el segundo y el tercero de estas elecciones se creen con derecho a llegar a la presidencia, ¿por qué yo, que he ganado las elecciones, no lo tendría?», se preguntó. Díaz está dispuesta a mantener el pulso a Sánchez y no piensa en dimitir, ni siquiera aunque tenga que desempeñar el papel de ser la primera líder de la oposición socialista en Andalucía.

Dudas sobre la fecha adecuada para llamar a las urnas

G. B.

Los resultados del PSOE en Andalucía han levantado todas las alarmas en la dirección socialista. Tanto Pedro Sánchez como la dirección del partido eran conscientes de que se iba a producir un descenso en número de votos, pero en ningún caso calcularon que la desafección hacia un partido que ha gobernado ininterrumpidamente Andalucía desde su nacimiento como autonomía llegaría al punto de hacerles perder su joya de la corona. Lo ocurrido tiene una gran repercusión en la decisión fundamental que tiene que tomar Sánchez, que es fijar la fecha de las elecciones generales. El presidente es consciente de que para el PSOE es prácticamente imposible ganar unas elecciones en España sin obtener un resultado arrollador en su hasta ahora feudo andaluz. Y si a ello se suma el hecho de que el otro granero tradicional de votos socialistas que es Cataluña se encuentra también en claro declive, parece difícil que las generales se celebren en el mes de marzo, aunque si no hay Presupuestos sí es posible que estas tengan lugar en un superdomingo de mayo que incluya municipales, autonómicas, europeas y generales. La principal labor ahora es la movilización para recuperar el voto socialista andaluz que se quedó en casa por no compartir la política de Sánchez en Cataluña. Pero la dificultad está en hacer eso sin perjudicar al voto del socialismo catalanista, también imprescindible para el PSOE.