El abuelo rojo de A Illa: cierra la lista del PSOE con 99 años

La Voz A ILLA / LA VOZ

ESPAÑA

MARTINA MISER

Ramón Otero Dios milita en la formación desde 1982

23 abr 2019 . Actualizado a las 09:37 h.

Ramón Otero Dios, Moncho Cachería, tiene 99 años y la vitalidad suficiente para declarar sus intenciones con el puño en alto. Así lo hizo ayer, en el auditorio de A Illa, rodeado de todos los que, como él, forman el equipo con el que el PSOE aspira a volver a sentar a Carlos Iglesias en el sillón de la alcaldía. Moncho ocupa el último puesto de la lista. Es un servicio más del hombre más anciano de A Illa a un partido en el que milita «con papeles» desde 1982, poco después del renacer de la organización en este rincón de la ría. «Pero xa nacera eu así», aclara él, encogiendo los hombros y sonriendo. Probablemente no haya explicación mejor.

Ramón es hijo de labradores, miembro de una estirpe que se remonta, dicen, a los primeros trece habitantes de A Arousa. Cuando estalló la Guerra Civil apenas había dejado de ser un niño. Pero ni su juventud lo libró del infierno: de tener que coger un fusil y partir al frente para combatir con un ejército, el nacional, que no era el suyo. A punto de cumplir los cien años, Moncho mantiene vivos los recuerdos de aquella tragedia colectiva, aunque no siempre quiere compartirlos. «Aquilo foi matarse uns aos outros, nada máis», dice, y ya no sonríe. Tras la guerra volvió a casa y construyó una vida como marinero, un sector que siempre fue revoltoso e incómodo para el poder establecido, incluso en aquel tiempo de «falar en voz baixa». En una casa con pasado rojo, como la suya, el susurro se impuso. Y entre susurros se escuchaba la Radio Pirenaica.

Pero al fin llegó la democracia. Y con la voz liberada, Moncho Cachería, igual que algunos de sus hermanos, se sumaron sin dudarlo al proyecto del PSOE. «O PP non me ía», bromea él. El suyo fue siempre el papel de un militante de base, de esos que trabajan lejos de la primera fila, de los focos y de las cámaras, pero sin los que nada sería posible. De esos, en fin, que están dispuestos a echar una mano siempre que pueden, mientras puedan. Algo así le dijo a Carlos Iglesias, el candidato a alcalde, cuando este le propuso cerrar la lista. «Preparado para o ataque», le confirmó ayer al aspirante a alcalde, minutos antes del inicio del mitin en el que participaron Carmela Silva y Gonzalo Caballero. Ambos, siguiendo a Moncho, alzaron también el puño.