El PP reorienta su posición sobre el aborto al abrir la puerta a la ley de plazos de Zapatero

La Voz MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se saludan este viernes en la feria Fitur.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se saludan este viernes en la feria Fitur. GUSTAVO VALIENTE | EUROPAPRESS

La polvareda sobre el protocolo fantasma en Castilla y León enfrenta al Partido Popular con un dilema histórico

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Y con esto y un bizcocho, esta noche me emborracho». 11 de abril de 1985, día de frenesí en aquel Congreso imberbe. Un exultante José María Ruiz-Gallardón celebra así ante las cámaras, sin filtros, la sentencia que declara inconstitucional la primera ley del aborto de la democracia española. El PP celebra que la corte de garantías identifique al nasciturus como un bien superior, aunque el Gobierno de Felipe González acabe sacando adelante la norma que deja de penalizar a las mujeres por interrumpir el embarazo en tres supuestos: terapéutico (riesgo para la gestante), criminológico (por violación) y eugenésico (por malformaciones en el feto).

Casi 30 años después, Alberto Ruiz-Gallardón, hijo del histórico diputado del PP y ministro de Justicia de Mariano Rajoy, renuncia al cargo al ver naufragar su reforma de la ley de plazos de Rodríguez Zapatero que establece la libertad para abortar en las primeras 14 semanas de gestación. La «ley Aído» aún vigente, las encuestas en contra, la revuelta interna y su ambición terminan arruinando la carrera de Gallardón, que no logra doblegar la evolución de los tiempos, como tampoco pudo hacerlo su padre tres décadas antes. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría contribuye a meter en el cajón la contestada reforma que Rajoy le había encomendado a su ministro de Justicia. La misma Sáenz de Santamaría que en el 2010 había amparado el recurso de inconstitucionalidad contra la norma de Zapatero —que el Constitucional aún no ha resuelto— en el que el PP equipara la ley de plazos con las practicas eugenésicas de los nazis.

La izquierda lo explota

Esta historia describe hasta qué punto el aborto es un asunto de familia, y de familias, en el PP. Un dilema difícil de manejar.

El anuncio de un protocolo antiabortista fantasma por el vicepresidente de Castilla y León, el dirigente de Vox Juan García-Gallardo, no solo ha reavivado las tensiones en el espectro político e ideológico que va del centro a la extrema derecha; ha vuelto a hurgar en la relación de los populares con la normalización del aborto. La izquierda lo sabe. Y lo explota, de la mano de Vox.

La bronca de los últimos días ha llevado a Núñez Feijoo a explicitar que el PP asume la ley de plazos recurrida por el partido hace 13 años. Los populares no tienen intención de impugnar ante el Constitucional la nueva norma, promovida por Igualdad, pero derogarán si alcanzan la Moncloa la libertad de las adolescentes de 16 y 17 años para abortar sin consentimiento de sus padres.