¿Estáis preparados para vivir juntos?

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Compatibilidad. Esta es la palabra clave para triunfar en la vida de pareja. Si estas a punto de dar el salto lee con atención lo que dos cuarentañeras, dos psicólogos y una coach love te recomiendan. Como ya dijo Benjamin Franklin hace tres siglos: «Ten tus ojos muy abiertos antes del matrimonio, y medio cerrados después de él». Ahora toca abrirlos.

19 jun 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Ya se sabe que cuando Cupido nos lanza sus flechas el estado de romántica embriaguez nos hace muy difícil decidir con racionalidad. Bom&Bon, dos cuarentañeras con mucho sentido del humor, ofrecen en su divertido libro Pequeñas ideas antes de vivir en pareja algunos consejos para salir victoriosos de la experiencia. Ellas nos advierten de los peligros de lanzarse a la convivencia sin paracaídas y proponen un libro de actividades para completar juntos y descubrir si somos compatibles.

Antes lo de la vida en común empezaba con todo el boato de la boda, hoy casi se decide tomando unas copas. «Todo cambia, incluso la manera de vivir en pareja. Creemos que es positivo dialogar antes de tomar la decisión de vivir en pareja, aunque sea de manera informal, tomándose unas copas, seguro que ayuda a que el viaje juntos empiece con unas buenas bases», dicen.

Lo normal es que los primeros meses no te des cuenta de cosillas que dos años después te pueden poner de los nervios. Las parejas pasan por diferentes etapas, «pero lo más peligroso es sobrevivir a la relación en lugar de vivirla». Añaden Bom&Bon que las parejas deben tener amigos compartidos y amigos individuales: «Los amigos deben estar ahí siempre, para lo bueno y para lo malo».

Bom, lleva más de 13 años viviendo con su pareja y lo que le sigue sorprendiendo «es la capacidad de oído selectivo que tiene. Lo mejor de vivir en pareja es la suma, dos mejor que uno. Lo peor, las discusiones, cada vez me aburre más discutir y con lo del oído selectivo, pues nada, que no sirven de mucho?.». Bon cumple ya su 18 aniversario, una veterana, y lo que más le ha sorprendido es el cambio de aficiones y gustos que ha sufrido con la edad: «Suerte que no me ha cambiado a mí. Lo mejor de vivir en pareja es saber que siempre tienes a alguien al lado. Lo peor, adaptarse al paso del tiempo acompañada».

Tareas domésticas

Miguel Silveira, psicólogo y autor de 100 reflexiones para vivir feliz con tu pareja, propone definir el reparto de las tareas domésticas, el régimen económico (qué aportará cada uno) y cómo se gestionará el tiempo libre: si se compartirá todo o cada uno tendrá además una parcela para emplearlo como quiera.

Remedios Gomis, Love Coach y experta en gestión emocional, autora de All you need is love, aconseja no precipitarse: «No dar el paso definitivo hasta que no os hayáis sentado a hablar y pactar todos los aspectos que consideréis importantes para la convivencia». Considera una buena idea hacer un contrato papel y lápiz en mano antes de la mudanza y propone responder un cuestionario para saber si estamos preparados.

Si os atrevéis, estas son las preguntas: «¿Qué esperas de este proyecto de vida en común y qué va a ganar tu vida con este paso? ¿Tendrías que renunciar a alguna cosa para ello? En ese caso, ¿supondría un sacrificio, ¿Qué situaciones no estarías dispuesto a tolerar dentro de la convivencia? ¿Existe algo que te miedo cuando piensas en la convivencia?».

Montserrat Ribot autora de Amor de verdad, Cómo encontrarlo y hacer que dure, psicóloga y Life & Executive Coach, cree que la única manera de saber si somos compatibles es ir conociéndonos poco a poco. «Hemos de comprobar si somos compatibles en cuatro dimensiones fundamentales: los valores, el estilo de vida, el estilo afectivo y la sexualidad. Aunque parezca que las relaciones sexuales deberían suceder de forma espontánea, a veces puede resultar más conveniente fijar un día, en plan cita romántica, tal como se hacía cuando eran novios». Además, las mujeres deben autorizarse a negociar la verdadera corresponsabilidad en las tareas domésticas y en el cuidado de los hijos. Es fundamental que los dos tengan muy claro que ambos tienen los mismos derechos, obligaciones y privilegios.

Y si no funciona, siempre nos quedará cantar con Sabina: «Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo...»