Jeep Renegade 4xe: híbrido y todoterreno

Por Javier Armesto

MOTOR ON

Por el precio de un híbrido enchufable, quienes opten por el Jeep Renegade 4xe se llevan también un todoterreno con unas capacidades «off road» superiores a las de sus rivales, gracias a su tracción a las cuatro ruedas, su mayor altura al suelo y unos modos de conducción específicos. Y con 50 kilómetros de autonomía eléctrica.

15 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los híbridos enchufables son los coches de moda, prácticamente todas las marcas están lanzando modelos con doble motorización -térmica y eléctrica-, lo que les permite disfrutar de la conducción sin emisiones y en completo silencio y, a la vez, no depender exclusivamente de los puntos de carga ni sufrir la estresante sensación de quedarnos con pocos kilómetros de autonomía. Jeep ha dado el primer paso en este tipo de mecánicas con el Renegade y el Compass, que en sus versiones PHEV (Plug in Hybrid Electric Vehicle) llevan el apellido 4xe.

Exteriormente el Renegade 4xe no varía respecto a sus hermanos de gama, con la imagen distintiva de su carrocería cuadrada y sus dos faros circulares que enmarcan la clásica parrilla de la firma americana. Es un coche compacto (4,24 metros de longitud) pero con una generosa altura que se traduce en bastante desahogo interior, sobre todo en el espacio hasta el techo. El maletero es ligeramente más pequeño (330 litros) que en las versiones gasolina y diésel.

En el habitáculo encontramos un cuadro de instrumentos cuya parte central es ahora una pantalla digital con dos esferas analógicas a los lados, una para el cuentarrevoluciones y otra que muestra el nivel instantáneo de consumo de energía o de recuperación de la misma a través de la frenada regenerativa. Junto a la palanca de cambio, un botón permite aumentar el nivel de retención si estamos en una pendiente pronunciada, por ejemplo.

El Renegade 4xe tiene una motor de gasolina de 130 o 179 caballos y otro eléctrico de 60 caballos. Nosotros hemos probado la versión Limited, que da una potencia conjunta de 190 caballos, mientras que en la Trailhawk y la S se eleva a 239 caballos. La diferencia de aceleración no es mucha (7,5 segundos de 0 a 100 la primera frente a 7,1 las otras dos), así que la decisión de optar por una u otras tendrá que ver más con el nivel de equipamiento y alguna característica añadida que veremos a continuación.

En la parte inferior del salpicadero encontramos tres botones que activan los diferentes modos de conducción: híbrido, eléctrico cien por cien, y E-Save. Este último se puede configurar desde la pantalla táctil para que o bien conserve un determinado nivel de batería, o que la vaya cargando mientras circulamos, haciendo trabajar un poco más al motor de combustión. En ambos casos permite que, por ejemplo, si vamos de viaje y llegamos a una ciudad, tenemos batería suficiente para movernos por ella exclusivamente en modo eléctrico. La autonomía máxima son 50 kilómetros.

En el modo híbrido trabaja como cualquier coche de estas características, activando el motor de gasolina cuando demandamos una fuerte aceleración. Sin embargo, nos ha dado la impresión de que aguanta mucho más que otros vehículos en modo eléctrico -y la aguja del tacómetro es una prueba clara porque permanece a cero-, incluso a velocidades de 70 kilómetros por hora.

Junto a los citados botones, una rueda permite seleccionar cuatro programas específicos para circular: Auto, Sport, Nieve y Arena/Barro. La versión Trailhawk añade un quinto para transitar por zonas de rocas, y además cuenta con una mayor altura al suelo: 20,1 centímetros, frente a 18,6 de las otras dos.

La tracción total del Renegade funciona sin ningún elemento mecánico (árbol de transmisión) que conecte los dos ejes: el motor térmico mueve las ruedas delanteras y el eléctrico las traseras. Dentro del mando rotatorio del Selec-Terrain hay tres botones: 4WD Lock, que bloquea la tracción a las cuatro ruedas siempre que vayamos por debajo de 15 km/h (si se supera, el motor eléctrico moverá el eje trasero cuando considere necesario); 4WD Low, una especie de reductora para zonas complicadas, y uno que activa el descenso de pendientes.

Todo este arsenal tecnológico convierte al Renegade en un auténtico y eficaz 4x4, con unos ángulos de entrada, salida y ventral favorables, además de una profundidad de vadeo de 40 centímetros.

A nivel de equipamiento, nuestra unidad de prueba incluía acceso y arranque sin llave, control de crucero adaptativo, alerta activa de cambio involuntario de carril, aviso de ángulo muerto, cámara de visión trasera y aparcamiento asistido, que permite seleccionar si vamos a dejar el coche en un hueco en línea o en batería. Cuesta 39.750 euros, pero con las ofertas puede bajar de los 35.000 euros.