La «metamorphosis» de Momo

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

FERROL

Monica Méndez Aneiros

La fotógrafa de Espasante Mónica Méndez Aneiros se ha propuesto autorretratarse durante 365 días y ya solo le quedan 88

27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El de hoy, 26 de agosto de 2017, será el autorretrato número 277 de Mónica Méndez Aneiros (Espasante, 1974). Hace 19 años que emigró a Londres, donde aprendió inglés y se hizo fotógrafa (de eventos, retratos o bodas), oficio que compagina con el trabajo de media jornada en dos bares, uno en un centro de actores, donde empezó a gestarse la idea para su último proyecto, quizás el más personal de todos. Desde noviembre, Momo, como la conocen su familia y sus amigos -«cuando trabajaba en Londres cuidando niños, no sabían decir Mónica y empezaron a llamarme Momo»-, se retrata a diario.

«Vivo en una casa compartida y mi habitación es pequeña, opté por este tipo de retrato [siempre primeros planos] por esa limitación de espacio. Trabajo sobre una pared de dos por dos, con la cámara en el trípode y el disparador automático a través del teléfono», explica. A partir de ahí, juega con dos estilos diferentes. Hay días que transforma radicalmente la imagen de partida gracias al Photoshop -«solo conocía lo básico y ahora he aprendido a utilizarlo, siempre me negaba a pasar horas en el ordenador para editar y ahora estoy metida»-. De esa posproducción salen «las fotografías más creativas», con el rostro resquebrajado, ajado e incluso sin cara.

Y otras veces recurre al disfraz, echando mano de la colección de gorros y sombreros de una amiga, máscaras, antifaces, vendajes, coronas de fiesta, broches... Hay retratos surrealistas, corriente que interesa especialmente a la autora, y otros inspirados en la novela y el cine negro, con atmósferas perturbadoras. «La lectura que hace quien ve la foto no coincide con tu estado de ánimo en el momento en que la tomas», asegura. En La metamorphosis de Momo, como ha titulado la exposición abierta en la galería In, en Espasante, (otro proyecto suyo, compartido con su hermana Patricia), se exhiben 182 obras. «Me gustaría exponer en algún otro sitio, en Londres es muy caro, pero intentaré mirar en alguna galería en Galicia», comenta, apurando los casi dos meses de verano que pasa en Espasante: «Me tira mucho, aquí tengo a mi familia y a mis amigas, cuando vuelvo [también en Navidad y Semana Santa] es como si no me hubiera ido nunca. Agosto nunca lo he perdido, para ayudarle a mi madre en el bar [la taberna In]. Llegaba en el coche con mi padre y ya me ponía el delantal». Cada día, desde hace ya 277, Mónica de Xan sube su autorretrato a Instagram -ha ido ganando seguidores desde que inició el proyecto- y desde esta red social lo comparte en Facebook. «Los comentarios de la gente te animan a seguir», reconoce. Hoy vuela a Londres, con la incertidumbre generada por el Brexit -«no sabemos cómo nos va a afectar; tengo amigos ingleses muy decepcionados»- y el reto de completar su metamorfosis.