«Aquí no se puede dormir ni echar la siesta: es imposible»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSE PARDO

Vecinos de Ferrol Vello denuncian los ruidos «insoportables» que provocan cuatro tapas de servicios sueltas en la zona del paseo de la Marina

22 nov 2019 . Actualizado a las 09:31 h.

Puede parecer un problema menor, pero para quien lo sufre a diario no lo es en absoluto. «Tenemos cuatro chapas que están sueltas en un radio de apenas 25 metros y el ruido que hacen los vehículos cuando pasan por encima de ellas es insoportable. Aquí no se puede dormir una noche entera del tirón ni tampoco echarse la siesta: es imposible». Quien así habla es Aldo Regueira, un vecino de la calle Mártires de Ferrol Vello, quien, junto a otros residentes de la zona, han mostrado su malestar por el ruido «infernal» que provocan estas tapas mal adheridas al firme «día y noche».

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Según explica Regueira, las molestias comenzaron hace un año, en la confluencia de la calle Mártires con el paseo de la Marina y la subida de la carretera Alta del Puerto, a causa de tres tapas sueltas situadas cerca del paso de peatones: dos de las redes de saneamiento y otra de R. Pero la gota que ha colmado la paciencia de los vecinos llegó hace unos quince días, cuando unos operarios realizaron una cata frente al bar A Maruxaina, en la zona de la calzada por la que pasan las antiguas vías del tren, y taparon el agujero con una chapa de acero sin fijarla al firme de ninguna manera. «La dejaron ahí sin más, en una zona de entrada a la ciudad con bastante tráfico. Con el peso y la cantidad de coches que pasan , la chapa se dobla y se mueve... Y el matraqueo es constante», denuncia Regueira.

Los vecinos denuncian que los ruidos comienza ya a las seis y media de la mañana, cuando el tráfico de entrada a la ciudad empieza a hacerse más intenso, y se mantienen hasta bien entrada la noche. Por eso demandan al Concello que actúe de inmediato y exija a las instituciones competentes que pongan remedio al problema.

«No podemos ni dormir ni descansar y esto también está alterando nuestro estado de ánimo», dice Regueira, quien ya ha presentado una reclamación ante el Ayuntamiento, sin que nadia haya hecho «nada» hasta el momento.