Cuando la discapacidad no es obstáculo para aprobar dos oposiciones e ir a por la tercera

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

CESAR TOIMIL

La entidad Teima Down de Ferrol apuesta por la inclusión y prepara a sus usuarios, una labor que no asume ninguna academia del ramo

02 dic 2021 . Actualizado a las 22:21 h.

En los carteles con los que las autoridades locales conmemorarán hoy el Día de la Discapacidad sale la sonriente cara de Lucía García. Una trabajadora de la tienda de Decathlon que ayer afrontó una de sus jornadas habituales: empleo por la mañana y dura sesión de estudio por la tarde, porque Lucía, al igual que su compañero David González tienen trabajo, pero ansían más estabilidad laboral y por eso preparan oposiciones a diferentes plazas públicas en Teima Down. Ellos son la prueba de que la discapacidad intelectual no es obstáculo para conseguir esta meta: ya han aprobado en dos convocatorias, pero en el concurso de las plazas se quedaron fuera, así que preparan una tercera.

«Siempre hay que pensar en mejorar de vida, aunque trabajar y estudiar cada tarde sea duro», explica David que tiene 30 años y trabaja en Bricodepot de reponedor. «Nosotros solo necesitamos ayuda a veces, cuando no entendemos bien una cosa, pues nos la tienen que explicar un poco más», advierte Lucía, que no es capaz de describir una situación especialmente estresante en su labor de cara al público. Tampoco se queja de las intensas jornadas de tres horas que varias veces por semana tiene en el aula de Teima Down, donde repasa el temario con sus preparadora Laura Beceiro. «Si quiero mejorar, me toca trabajar más, codos, codos y codos», dice.

Los próximos exámenes son en febrero, así que están incrementando el nivel de estudio. Lorena Varela Ventureira es otra de las preparadoras de una entidad que ahora mismo atiende a 70 familias y tiene en nómina a 17 trabajadoras. «Trabajamos por la inclusión, es decir, porque cada una de las personas con discapacidad intelectual forme parte de la escuela o el trabajo como uno más», advierte Mercedes Alonso, la psicóloga, y cuyo objetivo es que los usuarios puedan ejercer sus derechos como el resto de la población: desde ir a la universidad a tener un trabajo.

La dura tarea de preparar una oposición se ofrece en muchas academias, pero ninguna acepta a personas con discapacidad: «So nos teñen a nós e tampouco poden optar a prazas para postos en administracións locais ou provinciais», se queja Lorena, que pasa la jornada preparando para puestos en la administración del Estado o la Xunta. Los trabajos suelen ser de celadores o pinches de cocina en la sanidad y de ordenanzas en el resto de organismos. «Deberían abrir as categorías de empregos, porque poden facer moitas máis cousas», explica mientras su compañera Lorena toma un arduo tema sobre la organización de las comunidades a David y a Lucía.

Mientras, en otra aula de la sede de la asociación en la calle Álvaro Cunqueiro, en el barrio de Esteiro, otro grupo tiene una sesión sobre los cambios que supone cumplir años. Algunos de los asistentes van al instituto y otros estudian módulos de FP. Como en el caso de las clases para preparar oposiciones no todos tienen síndrome de down, porque Teima también trabaja con 25 personas que nacieron con otras discapacidades intelectuales. En total son 45 los usuarios: el más joven tiene cuatro años y el mayor ha cumplido los 52.