Una pareja se enfrenta a penas de más de cuatro años de cárcel por convertir la casa del abuelo en un invernadero de marihuana
FERROL
La Guardia Civil realizó una redada en la vivienda de Ortigueira en la que les decomisó 49 plantas y muchos útiles para distribuir drogas a domicilio
23 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Guardia Civil acusa a una pareja de usar la casa del abuelo del hombre como plantación de marihuana. De hecho, convirtieron una habitación en un invernadero donde cultivaban 49 plantas, según detalla la investigación de los agentes que consiguieron una orden de registro para entrar en la casa. Los dos se sentaron en el banquillo de los acusados del Penal 2 de Ferrol esta semana como procesados por un delito contra la salud pública, en su modalidad de cultivo para tráfico y posesión para el tráfico de sustancias que no causan grave daño a la salud.
El fiscal los considera coautores, pero pide una condena más severa para el hombre, ya que cuenta con antecedentes en el narcotráfico. Para él, solicita tres años de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una multa de 10.000 euros, con la responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de multa de un mes de privación de libertad.
Mientras que para ella se pide un año y seis meses de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una sanción de 6.000 euros, con la responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de multa de 15 días de privación de libertad.
Los agentes se encontraron con signos de que esta pareja estaba volcada en el cultivo de estas plantas. El día 4 de octubre de 2022 una patrulla se presentó en la casa sobre las diez y media de la mañana para realizar un registro, «contando con la preceptiva autorización judicial y en presencia de ambos acusados, quienes se encontraban en el interior de la vivienda en ese momento», según detalla la documentación del caso.
Todo un arsenal de cultivo
Los diez agentes que declararon en el juicio descubrieron las citadas plantas, pero además el atestado detalla que había «una gran cantidad de hojas y cogollos de marihuana en proceso de secado, así como un gran número de utensilios destinados a favorecer su cultivo: un sistema de iluminación instalado en una de las habitaciones de la vivienda, cinco lonas reflectantes, dos alargaderas eléctricas, dos convertidores eléctricos, cuatro temporizadores eléctricos, tres bombillas lámpara destinadas al cultivo de marihuana, dos portalámparas, diez botes de fertilizante, tres botellas de amoníaco, dos botes de espray de la sustancia dimethil ether, dos electroventiladores, una licuadora, un tubo de aluminio para la extracción de humo, dos sacos de tierra vegetal, dos espejos y una gran cantidad de macetas». Todo un arsenal para el cultivo que se complementaba con sustancias ya preparadas para entregar a consumidores, como nueve paquetes (tres de ellos abiertos y otros seis envueltos en un plástico transparente) que contenían otras tantas pastillas de hachís, con un peso aproximado de 900 gramos. También tenían lo necesario para repartir a domicilio la droga.
Un patinete y todo lo necesario para llevar pequeñas dosis allá donde se las solicitasen
El día del registro también fue el último día de libertad para el hombre, para el que decretaron prisión provisional hasta el 30 de mayo del año pasado. Tras realizar los análisis de las plantas y de la pureza de las sustancias que tenían, los peritos concluyeron que su valor en el mercado negro asciende a 5.951´40 euros. Todas se han destruido ya.
La documentación del caso también refleja que se habían surtido con todo lo necesario para distribuir la droga al por menor. Hasta tenían un patinete con el que realizaban las entregas a los clientes. Los agentes intervinieron a los acusados numerosas bolsitas de plástico pequeñas y vacías; 20 móviles, cuatro tarjetas de memoria y 260 euros en metálico, en pequeños billetes para dar el cambio, solo tenían uno de 50 euros. El resto era de menor cuantía. La Guardia Civil sospecha que los acusados habían obtenido todos el dinero través de la venta de las drogas.
Más castigo para el hombre
La Audiencia Provincial de A Coruña ya había condenado al hombre a un año y seis meses de cárcel en diciembre del 2019, una condena que le fue suspendida. Sin embargo, en esta ocasión el fiscal solicita una pena más alta, de tres años, porque le aplica el agravante de reincidencia.