Sandra Salvador, docente: «Si no tienes vocación, no te hagas profesor. Los alumnos se darán cuenta enseguida»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

Sandra Salvbador, fotografiada este jueves en el CIFP Ferrolterra, donde da clases desde este curso, tras haber trabajado cuatro años en un IES de Ávila
Sandra Salvbador, fotografiada este jueves en el CIFP Ferrolterra, donde da clases desde este curso, tras haber trabajado cuatro años en un IES de Ávila CESAR TOIMIL

Coordinadora de un proyecto tres veces premiado, esta joven educadora ferrolana de 31 años alerta sobre la menguante capacidad de atención y concentración de los estudiantes

05 dic 2025 . Actualizado a las 14:06 h.

El CIFP Ferrolterra ha dado la bienvenida este curso a una nueva profesora de inglés. Se llama Sandra Salvador Gundín, es ferrolana, y con solo 31 años ya se ha anotado el mérito de haber capitaneado un proyecto para la mejora de la calidad educativa tres veces premiado por la Junta de Castilla y León (en los años 2023, 2024 y 2005). Esta experiencia se llevó a cabo en su anterior destino, el IES Jorge Santayana de Ávila, un centro con 600 alumnos de nacionalidades y perfiles diversos. Y para materializarla, Sandra tuvo que coordinar a un equipo de cuarenta profesores. ¿Su objetivo? Fomentar el hábito de la lectura y mejorar el bienestar emocional de los estudiantes.

«Nos centramos en esos dos objetivos porque nos dimos cuenta de que los alumnos cada vez leen menos, cuando se trata de una destreza fundamental para todos los ámbitos de la vida. Y al mismo tiempo también detectamos que los servicios de Orientación cada vez reciben más casos de estudiantes con ansiedad, presión académica o dificultades emocionales. Queríamos a dar respuesta a esos dos problemas y fue así como surgió el proyecto», rememora Sandra, al tiempo que detalla que la experiencia involucró a toda la comunidad educativa, incluidos los padres, e incluyó un sinfín de propuestas, como la puesta en marcha de un club de lectura, la elaboración de un libro de viajes o un macro Escape Room con diferentes pruebas. «Además, cada curso lo dedicamos a una temática diferente. El último curso, por ejemplo, el hilo conductor fue La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne», explica la docente.

Vuelta a la tierra

Pero Sandra sentía morriña por su tierra, así que decidió despedirse de Ávila y buscar nuevas oportunidades en su ciudad natal. La encontró en el CIFP Ferrolterra, donde se ha topado con un alumnado diferente. «No tiene nada que ver ESO y Bachillerato con FP. Aquí tengo que comprimir más la materia, porque el curso es más corto por las prácticas de los alumnos y dispongo de menos tiempo para desarrollar proyectos. Pero estoy encantada, porque, aunque a priori el inglés no es un módulo que les interese demasiado, poco a poco noto más motivados a los alumnos. Participan más en clase y hasta alguno se anima a dirigirse a mí en inglés», comenta Sandra, que ya sueña con desarrollar algún proyecto innovador en las aulas del Ferrolterra, aunque por ahora se está «adaptando».

Al preguntarle por las principales a dificultades a las que se enfrentan hoy en día los profesores, no lo duda. «¡Son muchas! Para empezar, las ratios: si tienes 25 estudiantes en el aula, resulta muy complicado atenderles bien. Otro problema es la falta de profesores de apoyo, PT (pedagogía terapéutica) y AL (audición y lenguaje), porque cada vez hay más alumnado con necesidades educativas especiales. Y por otro lado está la alta carga burocrática que soportamos los profesores», enumera.

En cuanto a las carencias del alumnado en la actualidad, Sandra pone el foco sobre todo en la pérdida del hábito lector y la menguante capacidad de atención y concentración. «Te ves obligada a fraccionar las explicaciones, porque algunos no son capaces de atender más de cinco minutos seguidos», expone.

¿La culpa la tiene el móvil? «Un poco sí, pero también tiene que ver el estilo de vida actual. Todos queremos información inmediata, sintetizada. Y prueba de ellos es que, en redes sociales, las historias con mucho texto tienen menos alcance. La gente no se quiere parar a leer, poero nos pasa a todos, jóvenes y adultos», apunta.

Frente a estos obstáculos, Sandra aboga por una metodología dinámica, con actividades estimulantes, sin renunciar a la tecnología y que impliquen a toda la comunidad educativa. Y todo ello de la mano de profesores con mucha «paciencia, creatividad y vocación». «Si no tienes vocación, mejor no te hagas profesor, porque los alumnos se darán cuenta enseguida. Cuando alguien solo se mete en esto por las vacaciones y un sueldo seguro, se nota mucho. El nivel de implicación es menor y eso lo percibe el alumno», dice Sandra.

En su caso, lo tuvo claro con solo 13 años, siendo alumna del IES Sofía Casanova. «El inglés se me daba bien, a mis compañeros les daba vergüenza preguntarle al profe, así que me preguntaban a mí y yo encantada de ayudarles. Me hacía sentir bien y descubrí que la enseñanza era lo mío».