Los futuros cracs del baloncesto

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

ARES

CESAR TOIMIL

Cuatro pequeños, Eric, Reyes, Marcos y David, de entre 4 y 9 años, entrenan y se motivan viendo a los jugadores del Basketmi

21 mar 2018 . Actualizado a las 12:11 h.

Marcos tiene 9 años y lleva cuatro practicando baloncesto. «Mi ídolo es Michael Jordan, mi padre me habla de él», reconoce. Aunque de momento estudia en el colegio As Mirandas de Ares, tiene claro que de mayor le gustaría ser jugador de baloncesto del equipo del que ya forma cantera, el Abeconsa Basketmi. Podría ser la ilusión de un niño cualquiera, pero con un grado más de superación: juega en silla de ruedas. «Me gustaría jugar en el equipo de los mayores. En los entrenamientos me quedo estático mirando cómo juegan porque quiero llegar a la canasta de ellos», comenta antes de entrar a la pista a entrenar, en la que ya trabaja la plantilla del equipo principal.

Es el veterano de los más pequeños y su familia destaca la increíble evolución que ha experimentado gracias al deporte. También practica natación en Ares «gracias al Ayuntamiento», recalca su madre Isabel, ya que «paga lo que cuesta tener a una persona con él todo el rato». «El primer año llegaba en la silla y no era capaz de moverla, se quedaba debajo de la canasta y el entrenador iba a él porque no se podía mover. Empezó a decir ‘yo me tengo que mover’ y ahora estupendamente. El primer día el entrenador le contó que corría 16 kilómetros y Marcos me dijo: ‘Mamá, todos los días vamos a salir a entrenar’. Lo motivó muchísimo», recuerda Isabel. Como el resto de padres lamenta que no haya más oferta de deporte adaptado para niños en la ciudad. «Cuando empezó no había más niños así que a veces venía su hermana o algún amigo», indica la madre, a lo que él responde que le gustaría poder jugar algún campeonato contra otros niños.

Atraídos también por la idea de que su hijo David de cinco años experimente ese desarrollo, sus padres, Elena y Víctor, le acaban de apuntar hace días al equipo. «Queríamos darle una motivación al encontrarse con niños como él y una necesidad a mayores para moverse», exponen.

Alumnos del Rodolfo Ucha

Los alumnos de Tafad del instituto Rodolfo Ucha Piñeiro ejercen como entrenadores de forma voluntaria. Carlos Quintero es uno de los jóvenes técnicos que les diseña las rutinas. «Fomentamos que cojan movilidad y agilidad con la silla. Creo que a nivel cognitivo les viene muy bien relacionarse con otras personas con condiciones parecidas, y hacer deporte es un estimulante para tener una vida sana» destaca.

El más pequeño es Eric, de 4 años, que empezó con tan solo 3 en septiembre. «Lo que más me gusta es meter las canastas. Me lo paso muy bien y me gusta mucho», comenta. Su madre Lidia coincide con Isabel al criticar la falta de oferta de deportes para los pequeños. «Le gusta y es lo poco que hay para niños con discapacidad. Para mayores hay más actividades, pero para pequeños es muy complicado, solo hay terapias», lamenta. En pocos meses Eric se ha adaptado de maravilla y, sobre todo, le motiva ver al equipo. «Esto le ha ayudado mucho, llega la hora de irse a casa y no quiera, y sobre todo le motiva ver a los mayores», destaca la madre.

Reyes, de 9 años, es la única jugadora femenina. Lleva un año ya entrenando y lo que más le gusta es «encestar». Su padre, Alejandro, coincide en el estímulo que es para los pequeños ver los logros de los mayores. «Los pequeños se encuentran en condiciones similares y se implican muchísimo entre ellos. Pero sobre todo les ayuda ver lo que consiguen los adultos, es importantísimo», incide. En el caso de su pequeña, destaca que el deporte le ayuda a ser más independiente con la silla. «Reyes en su día a día procura que la lleven, pero aquí como tiene que mover ella la silla pues se implica, para tirar a canasta, esquivar los conos...», describe. En este tiempo ha podido mejorar en el movimiento.