La pesadilla de no poder beber agua del grifo

ANA F. CUBA CARIÑO / LA VOZ

CARIÑO

Dos empleadas del supermercado Eroski, donde nunca ha faltado agua pese al aumento repentino de la demanda
Dos empleadas del supermercado Eroski, donde nunca ha faltado agua pese al aumento repentino de la demanda I. F.

El Concello de Cariño mantiene las medidas cautelares tras más de una semana de restricciones, algunos vecinos se quejan de falta de información y la venta de agua embotellada se dispara en las tiendas

08 dic 2022 . Actualizado a las 18:48 h.

Carmen Rodríguez, al frente de Alimentación Azucena, no da abasto con el agua. «Es una locura y ya llevamos así toda la semana, vienen los comerciales y me traen agua en sus coches», comenta. Sus clientes demandan, sobre todo, garrafas de cinco y de ocho litros: «Es lo que más llevan. Unos dicen que para comer puede usarse la del grifo y otros que no, y hay gente que compra agua para cocinar». La venta de agua se ha disparado desde el día 25 en Cariño. Fue el viernes pasado cuando el Concello emitió un bando informando de la restricción del uso del agua de la traída.

«Logo de terse detectado un resultado máis alto do usual nun dos moitos parámetros que con frecuencia son avaliados nas análises de auga para o abastecemento, e seguindo o principio de cautela, declárase temporalmente non apta para o consumo directo», reza el texto divulgado a través de las redes sociales. En cuanto al origen del problema, alude «á presenza dunha elevada cantidade de materia orgánica de orixe natural arrastrada polas choivas á rede de captación». Afecta a los vecinos de las parroquias de Cariño y A Pedra, que concentran la mayor parte de la población del municipio.

En el bando se indica que la advertencia «é de carácter preventivo, pois non implica ningún tipo de intoxicación aguda», y añade que no se limitan «os usos domésticos», sin precisar, «ou a hixiene persoal». De ahí que haya quien interprete que sí se puede utilizar para cocinar y quien entienda que no. El lunes, el alcalde, José Miguel Alonso Pumar, indicaba que se había incrementado la captación en otras traídas y que el Concello estaba a la espera de nuevas analíticas.

«No es una intoxicación rápida»

El regidor aclaraba que había dado «algo más alto de lo habitual un parámetro de los muchos que se analizan». «No es una cuestión de intoxicación rápida, ni mucho menos, sino que la Unión Europea no contempla la ingesta habitual y prolongada de agua si ese parámetro se encuentra elevado de manera habitual», añadía. Destacaba que el protocolo municipal establece más del doble de mediciones «de las que han de hacerse» a lo largo del año. El jueves, Alonso Pumar confirmó que se mantenían las medidas cautelares, aunque las analíticas realizadas la víspera «marcaban una tendencia muy clara hacia la corrección». «Vamos a ser cautos y aguardar a tener más de una muestra correcta antes de retomar el uso con normalidad», agregó.

Algunos vecinos se quejan de la falta de información sobre el estado del agua de la traída y de las fuentes de San Xiao (subiendo al cabo Ortegal) y dos Tunantes (en A Pedra). «Non sabes que facer», reconoce una septuagenaria, con el carro de la compra lleno de botellas. «Algún cliente, sobre todo la gente mayor, nos pregunta a nosotros si ya se puede tomar el agua, si se puede usar para cocinar...», comentaban ayer en el supermercado Eroski. Los primeros días fueron los de mayor demanda, sin problemas de abastecimiento «porque aquí se repone todos los días».

Una madre cuenta que la llamaron de la escuela infantil, donde solían consumir agua del grifo, para avisar, el viernes pasado, y desde entonces compra botellines para su pequeña. «Estamos un poco desinformados, nos llegó una circular hace una semana y no hemos sabido nada más», protesta un hostelero del centro de Cariño. En el local han dejado de servir agua del grifo, que sí emplean para preparar los cafés, «porque se hierve a cien grados».

El gasto generado

En el restaurante La Cepa, los primeros días compraron garrafas de agua para cocinar. «Es un engorro, pero el domingo hicimos los callos, una cacerola enorme con doce kilos, con agua embotellada. Después ya no, porque dijeron que hervida se puede tomar la del grifo», indican. En la casa rural O Muíño das Cañotas, en A Pedra, han tenido que proporcionar botellas de agua a sus huéspedes. «Las dejamos en las habitaciones y en el baño para que no se despisten y no beban la del grifo, aunque ya se lo advertimos cuando llegan», señala Vicente Díaz, gerente del negocio. Lamenta «la inacción y la desidia del Ayuntamiento». «La gente está gastando un pastón en agua, en cualquier sitio civilizado hubieran hecho un reparto de agua embotellada de forma inmediata», sostiene.

No solo Díaz cuestiona la respuesta del gobierno local. «No todo el mundo puede pagar el agua, deberían hacer algo, más cuando ya van tantos días», apuntaba una vecina en el mercado, ayer. «Pero bueno, aquí hace mucho tiempo que el agua viene turbia a veces. Llenas la bañera y cuando acabas de lavarte queda un rastro marrón, y no es porque estuvieras tan sucia», reía.