Ferrol Vello

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL CIUDAD

08 jul 2017 . Actualizado a las 01:07 h.

Hay historiadores que dicen que sí. Como los hay, también (eso pasa muchas veces), que afirman lo contrario: o sea, que no lo era. Pero a mí el corazón me dice que es cierto, que sin duda Roi Xordo, el líder irmandiño que inspiró uno de los más hermosos grabados de Luis Seoane y un bellísimo poema de Lorenzo Varela («Aramos sobre mortos nesta terra / i o noso pan ten un sabor de ósos / familiares, irmáns. O monte berra / baixo do arado, e chámannos os nosos...»), era de Ferrol. Del Ferrol de finales de la Edad Media, y por lo tanto de Ferrol Vello. Permítanme que les confiese que, convencido de que todo cuanto se sueña es verdad, a mí incluso me parece verlo a veces a él, frente a la primitiva iglesia de San Julián -ante el templo que acabaría por desaparecer en el siglo XVIII, tras haberse visto definitivamente dañado por las obras del foso del Arsenal cuando se encontraba casi en ruinas ya-, en la antigua plaza de la villa, llamando a la rebelión contra los señores de las fortalezas, que por aquel entonces ya empezaban a parecerse, en bastantes casos, a los peores bandidos. También me parece ver alguna vez al obispo Guevara, a quien Cervantes cita, como ustedes saben, en el prólogo del Quijote -no hay duda ninguna de que el autor de Menosprecio de corte y alabanza de aldea estuvo allí-; y a todos cuantos desde Ferrol Vello engrandecieron el mundo con el legado de sus vidas, como Ricardo Carballo Calero. Se le quiere mucho, a ese Ferrol Vello, que viene del fondo de las edades. Entre otras razones, porque verdaderamente se hace querer. Es un lugar mágico. Un lugar que merece resplandecer de nuevo, y con el que está en deuda Galicia entera.